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HIV Prevention Intervention for HIV-Positive Men in China

In China, sexual transmission has become the major driving force behind the HIV epidemic, accounting for more than half (52%) of the estimated 700,000 people currently living with HIV. Men who have sex with men (MSM) may contribute to the rapid acceleration of the epidemic throughout China. Studies with Chinese MSM have documented an increasing HIV prevalence, a high HIV incidence, and high rates of unprotected intercourse and sexually transmitted infections (e.g., syphilis) known to facilitate sexual transmission of HIV. Moreover, our work found that HIV-transmission risk behavior is highly prevalent among HIV-positive MSM in China. Nonetheless, no HIV prevention interventions have targeted HIV-positive Chinese MSM. Several interventions have demonstrated efficacy in reducing sexual risk behaviors among HIV-positive MSM in the U.S. Adapting such interventions for HIV-positive MSM in China would help accelerate the process of developing an efficacious intervention for this risk group. The proposed three-year study (R34) will adapt and pilot-test currently available evidence-based behavioral interventions to reduce HIV-transmission risk behavior among HIV-positive MSM in Chongqing, China. This study will be implemented in five phases, guided by Wainberg et al.’s intervention adaptation model. In Step 1, we will identify core components of efficacious interventions (e.g., key theoretical constructs, intervention messages, delivery modes) through the review of the literature. In Step 2, we will explore cultural, psychosocial, and contextual factors associated with sexual risk behaviors and generate ideas for intervention strategies for HIV-positive MSM by conducting 15 key informant interviews with individuals knowledgeable about HIV-positive MSM and 30 in-depth interviews with HIV positive MSM. In Step 3, we will adapt efficacious interventions through reviewing the core elements of efficacious interventions identified in Step 1 and collating those elements with qualitative data collected in Step 2 with an intervention adaptation working group of 10 health professionals and MSM lay workers who serve HIV-positive MSM. In Step 4, we will pilot-test the adapted intervention with 16 HIV-positive MSM and refine the intervention if necessary. In Step 5, we will test the feasibility of implementing and assessing the intervention refined in Step 4 by conducting the intervention with 50 HIV-positive MSM and having these 50 men complete baseline and 3-month surveys.
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Personas VIH+

Más de 1 millón de personas en los Estados Unidos tienen el VIH o el SIDA. Los avances en el diagnóstico oportuno, el tratamiento y la atención para individuos VIH+ ya permiten que muchos gocen de mejor salud y más años de vida. Algunos han renovado su interés por la actividad sexual o por el consumo de drogas, lo cual aumenta su riesgo de adquirir otras ITS y de trasmitir el VIH a sus parejas no infectadas.2 Por ello, muchas personas VIH+ requieren programas que les ayuden a mantenerse protegidas. La mayoría de las personas VIH+ se preocupan por no infectar a otros y toman medidas para evitarlo. Sin embargo, para un porcentaje importante la prevención es una lucha: entre el 20-50% reportan haber tenido contacto sexual sin protección con sus parejas VIH- o con las de condición de VIH desconocida.4 Para muchas personas seropositivas, los mismos desafíos estructurales, interpersonales y conductuales que las pusieron en riesgo de contraer el VIH persisten después de ser HIV+ y dichos desafíos afectan su capacidad de prevenir la transmisión del VIH. La prevención para personas VIH+ puede incluir intervenciones educativas y de fomento de habilidades, esfuerzos para realizar pruebas a más personas que ignoran ser VIH+, apoyo y pruebas para las parejas de individuos VIH+ y la incorporación de la prevención en la atención médica de rutina.

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Usuarios de drogas inyectables (UDI)

El uso de drogas inyectables representa casi la tercera parte (el 36%) de los casos acumulados de SIDA en EE.UU. Estos casos incluyen usuarios/as de drogas inyectables (UDI), sus parejas sexuales y los hijos nacidos de estas parejas. Los afroamericanos y los latinos están desproporcionadamente afectados por el SIDA asociado al UDI. En el año 2000, de los casos de SIDA asociados al UDI, el 26% eran afroamericanos, el 31% latinos y el 19% caucásicos.1 Las mujeres también han sido afectadas en forma desproporcionada. En general, el 62% de los casos de SIDA entre mujeres se han atribuido a los UDI y al sexo con parejas UDI, en comparación con el 34% de los casos masculinos. Las personas UDI corren un riesgo aun mayor de contraer otras enfermedades graves vinculadas al uso de drogas, entre ellas la hepatitis C y la sobredosis; y constituyen el 60% de las infecciones de hepatitis C en EE.UU.Las tasas de infección por hepatitis C entre jóvenes UDI son de 4 a 100 veces mayores que las tasas de infección por VIH. La sobredosis de drogas es una de las principales causas de muerte entre los usuarios de heroína, incluso en áreas con altas tasas de UDI con VIH.

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Usuarios de drogas

A pesar del alto riesgo de transmisión del VIH al compartir jeringas, la relación que existe entre el VIH y el uso de drogas va mucho mas allá del tema de las jeringas. Las personas adictas al alcohol, al “speed” y a la cocaína-crack, los “poppers” o cualquier otra droga no inyectada, están más propensos que aquellos que no usan drogas a ser portadores del VIH y a convertirse en seropositivos. Aún aquellos personas que no usan drogas intravenosas están mas propensas a participar en actividades sexuales de alto riesgo. Muchos de los usuarios de drogas intravenosas (UDIs) primordialmente usan otras drogas no inyectadas. Cuando un UDI porta el VIH, compartir jeringas puede ser el factor de mayor riesgo, pero el uso de drogas no inyectadas, puede además propiciar conductas de riesgo. Por ejemplo, en un estudio de clientes en programas de tratamiento con “Methadone” que presentaban conductas de alto riesgo, se descubrió que los de mayor riesgo de infectarse con el VIH eran los que usaban cocaína-crack. Al hacer una encuesta a heterosexuales en programas de tratamiento de alcohol en San Francisco, CA se encontraron tasas de infección del 3% entre hombres no UDIs y no homosexuales y del 4% entre mujeres no UDIs. Estas tasas resultan considerablemente altas en comparación con otra encuesta a una población similar en la que los resultados fueron del 0.5% entre hombres y el 0.2% entre mujeres. Un estudio realizados a hombres homosexuales de la ciudad de Boston, MA encontró una estrecha relación entre el uso de inhalantes o “poppers” y la infección del VIH. Los hombres que tuvieron sexo anal bajo los efectos del inhalante estaban 4.2 veces más propensos a ser VIH positivos que los que no estaban bajo estos efectos al tener sexo anal. La cocaína-crack siempre ha estado estrechamente ligada con la transmisión del VIH. Al realizarse un estudio entre jóvenes adultos de 3 vecindarios urbanos que fumaban crack y que nunca se habían inyectado drogas, se obtuvieron tasas de infección del 15.7%. Los más propensos a tener la infección eran las mujeres que habían accedido a tener sexo sin protección a cambio de drogas o dinero y los hombres que tuvieron sexo anal con otros.

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Black men

Black and African American men cannot be lumped into a one-size-fits-all category. They are the fathers, brothers, uncles and sons in Black communities. They are doctors and lawyers, barbers and bus drivers; they are Christians and Muslims and speak many languages. However, not every person who looks Black or African American will identify with these labels. In the US, Black men represent a diverse group, including, but not limited to, Afro-Cuban, Caribbean, Brazilian and African national men.