Library
Padres e hijos
¿Cómo hablan padres e hijos sobre el VIH?
¿por qué es importante la comunicación?
La actividad sexual empieza a temprana edad para muchos jóvenes. De cada 10 estudiantes del noveno grado casi cuatro (37%) han tenido relaciones sexuales, y de cada 10 estudiantes, casi 7 (66%) han tenido relaciones sexuales al llegar al doceavo grado.1 Cada año tres millones de jóvenes, es decir, casi un cuarto de los jóvenes que han experimentado con el sexo, van a padecer de alguna Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS). Clamidia es la enfermedad más común entre la juventud que entre adultos. Los jóvenes tienen índices más altos de gonorrea que los adultos de 20-44 años de edad.2 El VIH se convierte cada vez más en la epidemia de la juventud. Un cuarto de todas las nuevas infecciones en los EEUU ocurre entre personas menores de 22 años y la mitad de todas las nuevas infecciones ocurren entre personas menores de 25 años.3
“Quiero que mi hija esté preparada [para la pubertad y el sexo]. A mi me tomó por sorpresa.” -Padre de familia
A pesar de estas escalofriantes estadísticas, muchos padres no saben o no quieren aceptar que sus hijos pueden estar experimentando con el sexo. Un estudio a madres con hijos adolescentes reveló que el 70% de las mamás creían que sus hijos varones eran vírgenes (todavía no habían tenido relaciones sexuales) cuando sólo el 44% de ellos lo eran. Con respecto a las hijas, el 82% de las madres creyó que todavía eran vírgenes cuando en realidad sólo el 70% lo eran.4
¿están hablando los padres con sus hijos?
Desafortunadamente, no lo suficiente. Una encuesta a padres de familia con hijos pre- adolescentes de un vecindario con alta seroprevalencia encontró que los padres de familia tienen la impresión de hablar mucho sobre el VIH. Los hijos, por el contrario, dicen haber tenido menos de un cuarto de las pláticas que los padres dijeron tener.5 A menudo, los padres creen estar hablando con sus hijos sobre el SIDA, cuando probablemente están hablando del aspecto médico y no necesariamente sobre la sexualidad o el sexo seguro. Una encuesta a nivel nacional reveló que las madres con hijos mayores de 11 años dijeron no estar satisfechas al tratar temas tales: como explicar cuando un(a) jóven está listo para llevar una vida sexual activa, la prevención del VIH, la orientación sexual y el uso del condón.6
“Es muy triste, para mi, pensar que no puedo hablar con mi mamá acerca de esto-ella se lo pierde. Siempre existen otros lugares. Yo creo que esta es la parte más grave del problema, porque cuando uno va a otros lugares, algunas veces recibe la información equivocada.” -Un jóven
¿cuál es el papel de los padres?
Los padres pueden influir en las acciones de sus hijos. En cinco ciudades se llevó a cabo una iniciativa de mercadeo sobre prevención del VIH con jóvenes de alto riesgo. Estos reportaron que sus padres ejercieron una influencia sustancial sobre el comportamiento sexual en tres formas: comunicándose con ellos, dándoles el ejemplo, y supervisándolos directamente.7 Contrario a la opinión popular, los jóvenes sí quieren tener a sus padres como guía. A los jóvenes les gustaría hablar más a menudo con sus padres sobre temas relacionados con el VIH, sin embargo, esto puede resultar un poco difícil.8
“Yo quiero que mis hijos varones sepan respetar a los demás y que primero conozcan a fondo a la persona antes de tener relaciones sexuales.” -Padre de familia
Los hijos aprenden observando y escuchando a sus padres. La manera en que los padres de familia reaccionan ante las preguntas de sus hijos (al contestar, al no contestar, enojado) es la forma en que ellos aprenden a reaccionar ante las situaciones difíciles. Las pláticas sobre las relaciones sanas deben comenzar a temprana edad y evolucionar en la medida en que los hijos maduran. Hablar con los hijos desde pequeños, darles el nombre apropiado a las diferentes partes del cuerpo, enseñarles a como decir no, y tomar las precauciones de salud necesarias puede ser el trampolín de su futura educación sobre la sexualidad y la prevención del VIH.
¿cuáles son las barreras?
Hablar sobre el tema de la sexualidad con los hijos puede ser una experiencia a veces difícil para el adulto. Cuando muchos de los adultos de hoy eran niños, sus padres no les hablaron de sexo o de otros temas. Los padres de hoy supondrían hacer lo contrario con sus hijos, pero carecen de la experiencia para guiar a los hijos.
“Nosotros no hablábamos de estas cosas cuando estábamos creciendo, por eso casi no acostumbro hacerlo. Yo trato, y me da risa…los niños se sienten más cómodos con eso [hablando de sexo] que yo.” -Padre de familia
Muchos padres tienen el concepto equivocado de que hablar de sexo con sus hijos puede despertar la curiosidad ocasionando la experiencia sexual prematura o que darles información sobre el control de la natalidad o anticonceptivos es darles luz verde para empezar las relaciones sexuales. Algunos padres creen que el hecho de hablar sobre la homosexualidad podría influir en la orientación sexual del hijo(a). De hecho, la plática honesta entre padres e hijos puede contribuir al retraso de la actividad sexual, evitar las conductas de riesgo y promover la socialización sexual sana en la juventud.9
¿qué es lo que funciona?
En los Angeles, CA, un programa que trataba a padres recién emigrados a los EEUU descubrió que al lograr la participación de la iglesia, de los proveedores de salud, usando presentadores que entienden la cultura y que hablan el idioma de los padres, y teniendo las reuniones10 por las noches fue lo que ayudó a atraer a los padres a las reuniones. Muchas veces, se logra atraer a más padres cuando se ofrecen clases de cómo criar y communicarse con los hijos que cuando se ofrecen clases específicamente sobre VIH, especialmente en comunidades religiosas. La educación impartida entre padres de familia ha sido eficaz. El folleto “Hablando del SIDA con Nuestros Hijos” capacita voluntarios para dirigir talleres para padres y tutores en las diferentes comunidades. Los padres aprenden sobre el VIH, practican la comunicación y las formas en que se puede reducir el riesgo y tienen, además, que hacer tareas que los preparan a hablar del VIH con sus hijos.11
“Los padres necesitan informar y guíar más a sus hijos! Yo pienso que esta es una ayuda tremenda.” -Un joven
En Virginia, los padres educadores fueron entrenados con el fin de dirigir programas de información del VIH para padres de familia con hijos en la escuela primaria (1-6), media (7-9), y superior (10-12). Estos padres sirvieron, además, como fuente de información en su comunidad. Se ha logrado la participación de otros padres por las recomendaciones que corren de boca en boca. Los padres participantes reportaron que habría más posibilidades de hablar con sus hijos sobre el SIDA si tuvieran conocimiento del tema.12 El programa de entrenamiento “El Camino Rápido” sirve a las familias emigrantes. Este programa tiene educadores que enseñan a las familias a platicar sobre las relaciones sanas y a mejorar la comunicación con el fin de prevenir el VIH. El programa usa videos con dibujos animados en inglés y español. Estos dibujos tienen una especie de círculos vacíos para los pensamientos y las palabras. Los padres trabajan entre sí y con sus hijos para completar los espacios en blanco, ayudando así a estimular la plática.13
¿qué queda por hacer?
La comunicación entre el padre o la madre y sus hijos no ha estado incluída en los esfuerzos de prevención. Sin embargo, los programas que involucran a todos los miembros de la familia pueden ser muy eficaces. Los programas más exitosos deben incluir a jóvenes y a padres de familia en el diseño del programa y en la selección del personal. Un programa de prevención completo utiliza muchos elementos para proteger del VIH a la mayor cantidad de personas posible. Dados los hechos, tanto los miembros de la familia como los educadores de prevención deberían trabajar en conjunto para asegurar la salud y la seguridad de nuestro niños en el futuro.
¿quién lo dice?
1. Centers for Disease Control and Prevention. Youth risk behavior surveillance-United States 1995 . Morbidity and Mortality Weekly Report. 1996;45:64. 2. Eng TR, Butler WT, eds. The Hidden Epidemic: Confronting Sexually Transmitted Diseases . Washington, DC: National Academy Press; 1996. 3. Rosenberg PS, Biggar RJ, Goedert JJ. Declining age at HIV infection in the United States (letter). New England Journal of Medicine. 1994;330:789-790. Miller K. Data from the Family adolescent risk behavior and communication study. Personal communication, Centers for Disease Control and Prevention; 1997. Krauss BJ, Goldsamt L, Pierre-Louis M. How pre-adolescents and their parents talk about HIV in a high HIV seroprevalence neighborhood. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract ThD4878. Mothers’ Voices. Mothers speak out on preventing and curing AIDS. Survey conducted by EDK Associates. 1997. Kennedy MG, Bye L, Rosenbaum J, et al. Focus group theme that will shape participatory social marketing interventions in 5 cities. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract TuD2882. Heft L, Faigeles B, Hall TL. Where are the parents in HIV education? Adolescents want their parents to talk about HIV. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract ThC4431.
- Contacto: Lisa Heft (415) 487-8088.
Leland NL, Barth RP. Characteristics of adolescents who have attempted to avoid HIV and who have communicated with parents about sex. Journal of Adolescent Research. 1993;8:58-76. Baker C, Rich R, Wulf K. Strategies to involve newly-arrived immigrant parents in HIV education. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract TuD2794.
- Contacto: Claudia Baker (213) 625-6429.
Tiffany J. HIV/AIDS education for parents and guardians: talking with kids about AIDS. Presented at the 9th International Conference on AIDS, Berlin, Germany. 1993. Abstract PO-D13-3716.
- Contacto: Jennifer Tiffany (607) 255-1942.
Rankin DL. When “just say no” isn’t enough: parents educating parents about AIDS. Presented at the National Conference on Women and HIV, Los Angeles, CA. 1997. Abstract P2.37.
- Contacto: Daphne Long Rankin (804) 828-2210.
Recursos para Padres e hijos: Advocates for Youth https://advocatesforyouth.org/ / American Red Cross AIDS Education Office 8111 Gate-house Road Falls Church, VA 22042 http://www.redcross.org Mothers’ Voices 165 West 46th Street, Suite 701 New York, NY 10036 (888) MVOICES http://www.mvoices.org National AIDS Clearinghouse PO Box 6003 Rockville, MD 20849-6003 (800) 458-5231 http://www.cdcnac.org Planned Parenthood (800) 230-7526 http://www.igc.apc.org/ ppfa/ Sexuality Information and Education Council of the US 130 West 42nd Street, Suite 350 New York, NY 10036 (212) 819-9770 http://www.siecus.org
Preparado por Lisa Heft*, Ann Kurth**, Pamela DeCarlo***, Tradución Romy Benard Rodríguez*** *San Francisco AIDS Foundation, **Mothers’ Voices, ***CAPS Deciembre 1997. Hoja Informativa 28S.
Superinfección
¿Qué sabemos acerca de la superinfección por VIH?
revisado 5/06
¿qué son la infección dual, la coinfección y la superinfección?
La infección dual ocurre cuando una persona está infectada por dos o más cepas del VIH. Dicha persona puede haber adquirido ambas cepas simultáneamente de una pareja con infección dual o bien de varias parejas. Una cepa diferente del virus es aquella que se distingue genéticamente de la primera en un árbol “familiar” o filogenético. A la adquisición de distintas cepas del VIH de varias parejas muchas veces se le llama coinfección, si todas las cepas del virus fueron adquiridas anteriormente a la seroconversión, es decir, mucho antes de que se reconozca la presencia de cualquier infección por VIH. Se llama superinfección a la adquisición de distintas cepas del VIH de varias parejas si el segundo virus se adquiere después de la seroconversión, o sea, cuando la primera cepa del virus ya se encuentra establecida.1 La superinfección y la reinfección significan lo mismo. Las infecciones duales pueden manifestarse de forma secuencial, lo cual puede hacer que la coinfección se parezca a la superinfección. Puede ser que las infecciones duales de expresión secuencial (IDES) ocurran porque las respuestas inmunológicas contra el virus predominante permiten la manifestación de otras cepas del virus presentes en el cuerpo. También pueden suceder cambios aleatorios en poblaciones de virus que evolucionan, lo cual puede parecerse a la superinfección aunque ambas cepas hayan estado presentes desde el principio.
¿por qué es importante la superinfección?
La superinfección tiene importancia porque podría provocar la resistencia medicamentosa en personas VIH+, y tal vez lleve a un avance más rápido de la enfermedad.2,3 La investigación sobre el momento en que puede darse o no darse la superinfección podría identificar tipos de respuestas inmunológicas que protejan contra la infección, guiando así el diseño de vacunas contra el VIH. Muchas personas VIH+ que tienen parejas VIH+ preguntan sobre la superinfección. Los funcionarios de salud pública necesitan información sobre la superinfección para poder ayudar a las personas a entender los posibles riesgos del contacto sexual sin protección entre personas VIH+, sin infundirles temores injustificados que perjudiquen su relación de pareja y la revelación de su condición de VIH a parejas potenciales.
¿puede producirse la superinfección?
Muchos científicos creen que la superinfección puede suceder. La investigación en monos indica que puede darse la superinfección con otros virus parecidos al VIH.4,5 Las dieciséis personas con IDES (superinfección aparente) que han sido identificadas en la literatura científica, incluyen consumidores de drogas en Asia, mujeres en África y hombres en Europa y en EE.UU. Los análisis de laboratorio en algunos de estos informes sugieren que el segundo virus que apareció dichas personas no estuvo presente con anterioridad en la infección, lo cual sugiere la superinfección. La sensibilidad de estos análisis de laboratorio es limitada y las parejas causantes de la infección no han sido identificadas, por lo que no se puede saber con certeza en qué momento se adquirió el segundo virus.
¿quiénes corren el mayor riesgo?
El 95% de los casos aparentes de superinfección han ocurrido durante los primeros tres años de infección.6-9 Estudios han detectado pruebas de superinfección entre el 2% y el 5% de las personas durante el primer año de infección. El tratamiento intermitente de las infecciones agudas o recientes por VIH puede prolongar la susceptibilidad a la superinfección.10,11 En cambio, los estudios realizados en personas con infecciones de más largo plazo no han encontrado evidencia alguna de superinfección. Un estudio no dio con ningún caso al cabo de 1,072 años-persona de observación.12 Otro no reveló ninguno después de 215 años-persona de observación de consumidores de drogas intravenosas.13 Un tercer estudio no encontró caso alguno tras 233 años-persona y 20,859 exposiciones por contacto sexual sin protección.14 Es posible que las personas con una carga viral muy baja sean más susceptibles a la superinfección. Las respuestas inmunológicas antivirales y la interferencia viral son menores en personas con carga viral baja, por lo que la superinfección puede ocurrir con más frecuencia en esta población.15 Se necesita más investigación al respecto para confirmarlo.
¿es malo tener más de un virus?
La infección dual puede perjudicar la salud de las personas VIH+. Los individuos superinfectados pueden tener una carga viral más alta y un recuento de CD4 más bajo, lo cual acelera la evolución de la enfermedad.2,3 Esta evolución puede acelerarse después de la aparición de un segundo virus.1 La superinfección también puede afectar el tratamiento del VIH, ya que ésta aumenta la probabilidad de resistencia medicamentosa.16 Las personas VIH+ con infección dual pueden no responder tan bien a los medicamentos antirretrovirales actuales por tener cepas de virus resistentes.
¿qué nos falta por conocer?
Todavía falta mucho por aprender sobre la superinfección. Primero, necesitamos saber con más seguridad si la superinfección realmente ocurre o no entre las personas VIH+. No se ha documentado ningún caso definitivo de superinfección, para lo cual sería necesario poder vincular el momento de la segunda infección con el inicio de una relación sexual nueva. Segundo, necesitamos entender cómo y cuándo se da la superinfección. Entre los investigadores se va creando consenso sobre la idea de que las personas VIH+ en la primera etapa de infección -y durante el primer año en particular- pueden correr un mayor riesgo de superinfección que otras personas VIH+ con infección crónica.17 También debemos determinar si las personas con una carga viral suprimida durante el tratamiento son susceptibles a la superinfección. Tercero, es preciso saber cómo proteger al individuo contra la superinfección. Si ésta ocurre rara vez o únicamente en la etapa de infección reciente, es importante determinar los mecanismos que hacen a una persona VIH+ inmune de adquirir un segundo virus. Sería importante saber si la exposición a diferentes cepas virales podría brindar inmunidad protectora contra la superinfección.18 Finalmente, debemos continuar actualizando y divulgando datos científicos sobre la superinfección, sus causas y consecuencias tanto a las personas VIH+ como a los profesionales médicos que las atienden.
¿qué podemos recomendar actualmente?
La consejería sobre la superinfección debe de basarse en un entendimiento de las relaciones sexuales del individuo. Antes de ofrecerle asesoría acerca de la superinfección, el consejero debe saber si el individuo está en una relación de pareja continua con una persona VIH+, si la persona busca habitualmente a otras personas VIH+ para tener sexo sin protección, y si revela su condición de VIH+ a parejas potenciales. Estos antecedentes deben guiar la conversación sobre los riesgos y beneficios del contacto sexual entre parejas VIH+. Si el consejero no tiene tiempo suficiente para considerar estos aspectos personales, sería mejor que se limitara a decir: “Hay una falta información sobre la superinfección. Si de hecho ocurre, lo más probable es que se dé en los primeros años después de contraer la primera infección. Después, es raro que ocurra.” Se sabe aun menos sobre la superinfección causada al compartir jeringas, pero cabe esperar el mismo patrón de alto riesgo inicial seguido de un riesgo menor durante la etapa de infección crónica. Sin embargo, ya que los consumidores de drogas intravenosas corren un alto riesgo de infección por hepatitis C al inyectarse con jeringas previamente usadas, es importante enfatizar los esfuerzos para obtener equipos esterilizados de los programas de intercambio de jeringas. Los interesados deben ser remitidos a los estudios de investigación actuales con el fin de reducir las considerables lagunas de información.19 Las personas con varias parejas sexuales, o cuyas parejas tienen varias parejas sexuales, deben recibir asesoría sobre los riesgos de contraer otras infecciones de transmisión sexual. Se les debe recomendar vacunarse contra la hepatitis B y hacerse pruebas periódicas de detección de sífilis.
¿quién lo dice?
1. Smith DM, Richman DD, Little SJ. HIV superinfection . Journal of Infectious Diseases. 2005;192:438-444. 2. Gottlieb GS, Nickle DC, Jensen MA, et al. Dual HIV-1 infection associated with rapid disease progression . The Lancet. 2004;363:610-622. 3. Grobler J, Gray CM, Rademeyer C, et al. Incidence of HIV-1 dual infection and its association with increased viral load set point in a cohort of HIV-1 subtype c-infected female sex workers . Journal of Infectious Diseases. 2004;190:1355-9. 4. Otten RA, Ellenberger DL, Adams DR, et al. Identification of a window period for susceptibility to dual infection with two distinct human immunodeficiency virus type 2 isolates in a Macaca nemestrina model . Journal of Infectious Diseases. 1999;180:673-84. 5. Fultz PN, Srinivasan A, Greene CR, et al. Superinfection of a chimpanzee with a second strain of human immunodeficiency virus . Journal of Virology. 1987;61:4026-4029. 6. Angel JB, Hu YW, Kravcik S, et al. Virological evaluation of the ‘Ottawa case’ indicates no evidence for HIV-1 superinfection . AIDS. 2004;18:331-334. 7. Smith DM, Wong JK, Hightower GK, et al. Incidence of HIV superinfection following primary infection . Journal of the American Medical Association. 2004;292:1177-1178. 8. Hu DJ, Subbarao S, Vanichseni S, et al. Frequency of HIV-1 dual subtype infections, including intersubtype superinfections, among injection drug users in Bangkok, Thailand . AIDS. 2005;19:303-308. 9. Grant R, McConnell J, Marcus J, et al. High frequency of apparent HIV-1 superinfection in a seroconverter cohort. 12th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. 2005. Abst #287. 10. Altfeld M, Allen TM, Yu XG, et al. HIV-1 superinfection despite broad CD8+ T-cell responses containing replication of the primary virus . Nature. 2002;420:434-439. 11. Jost S, Bernard M, Kaiser L, et al. A patient with HIV-1 super-infection . New England Journal of Medicine. 2002;347:731-736. 12. Gonzales MJ, Delwart E, Rhee SY, et al. Lack of detectable human immunodeficiency virus type 1 superinfection during 1072 person-years of observation . Journal of Infectious Diseases. 2003;188:397-405. 13. Tsui R, Herring BL, Barbour JD, et al. Human immunodeficiency virus type 1 superinfection was not detected following 215 years of injection drug user exposure . Journal of Virology. 2004;78:94-103. 14. Grant R, McConnell J, Herring B, et al. No superinfection among seroconcordant couples after well-defined exposure. International Conference on AIDS, Bangkok, Thailand, 2004. Abst #ThPeA6949. 15. Marcus J, McConnell J, Liegler T, et al. Highly divergent viral lineages in blood DNA appear frequently during suppressive therapy in persons exposed to superinfection. 13th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. 2006. Abst #297. 16. Smith DM, Wong JK, High-tower GK, et al. HIV drug resistance acquired through superinfection . AIDS. 2005;19:1251-1256.16. Gross KL, Porco TC, Grant RM. HIV-1 superinfection and viral diversity. AIDS. 2004;18:1513-1520. 17. Gross KL, Porco TC, Grant RM. HIV-1 superinfection and viral diversity . AIDS. 2004;18:1513-1520. 18. McConnell J, Liu Y, Kreis C, et al. Broad neutralization of HIV-1 variants in couples without evidence of systemic superinfection. 13th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. 2006. Abst #92. 19. HIV+ persons who have HIV+ partners residing or visiting San Francisco can call the Positive Partners Study 1-415-734-4878.
Preparado por Robert M. Grant MD, J. Jeff McConnell MA Gladstone Institute of Virology and Immunology, UCSF Traducción: Rocky Schnaath Mayo 2006. Hoja Informativo #56SR
HOME (Prevention for Women with Incarcerated Partners)
Women with incarcerated partners are at particular risk for HIV infection. Their partners are over five times more likely than men in the general population to be HIV+. Incarcerated men also have a high incidence of injection drug use. Women with incarcerated partners are primarily low-income women of color for whom racism, poverty and sexism contribute to increased HIV risk and whose life stressors are exacerbated by their partners' imprisonment.
Program
The purpose of the HOME project is to design and test an intervention to reduce HIV risk among women whose male partner is being released from San Quentin State Prison. This study is funded by the National Institute of Nursing Research (NINR). The 12-month HOME intervention ran from February 2005 through January 2006. Weekly activities addressing HIV and STD prevention, women's health, and population-specific topics such as parole information were held at a center for visitors directly outside of the gates of San Quentin. Eleven women who visit incarcerated men were trained as peer educators and were closely involved with project staff in facilitating weekly activities. We collected data during the intervention period using the same quantitative surveys used in our formative research. We also are comparing participants in two cross-sectional surveys, one conducted immediately prior to the launch of the intervention and one conducted immediately after the intervention left the field. Finally, we conducted longitudinal qualitative interviews with the project peer educators.
Formative research
Prior to developing HOME, we conducted several studies with women with incarcerated partners. Based on information gathered in focus groups and pilot studies, we developed an HIV prevention intervention that addresses the specific needs of women with incarcerated partners and facilitates their utilization of community services. This intervention was a peer-led HIV education workshop that provided HIV information, facilitated supportive relationships between visitors and provided referrals as needed. This program and its evaluation are described in a published article (Comfort M, Grinstead OA, Faigeles B, Zack B. Reducing HIV risk among women visiting their incarcerated male partners.Criminal Justice and Behavior, 2000, Vol 21, p. 57-71). We also conducted a series of cross-sectional surveys of women leaving the prison after visiting. These descriptive surveys showed that women visitors are most often low income women of color and that the majority of visitors are raising children. Survey results also indicated that women are spending a large portion of their income on visiting, phone calls and other costs of maintaining their relationship with an incarcerated man. (Grinstead O, Faigeles B, Bancroft C, Zack B. The financial cost of maintaining relationships with incarcerated men: results from a survey of women prison visitors. Journal of African American Men. 2001.)
Video
In response to our findings that many women are unaware of or minimize the risk of having an incarcerated partner, we created "Inside/Out: Real Stories of Men and Women and Life After Incarceration." This 17-minute video presents real stories of four women whose partners have been incarcerated and five men who have served time. The video explores the challenges faced by women after their partners are released from prison. Inside/Out focuses on the health risks in prison and highlights the need for honest communication around health issues when planning for the future. The accompanying discussion guide is designed to draw women with incarcerated partners and other at-risk women into a discussion about the risks of partner incarceration and other partner risk issues.
Research findings
In an effort to deepen our understanding of how circumstances of forced separation and the interdiction of physical contact affect women's sexual behavior, we investigated the development and maintenance of heterosexual couples' intimacy when the male partner is incarcerated. We recognize that correctional control extends to these women's bodies, both when they are within the facility's walls visiting their mates and when they are at home striving to remain connected to absent men. Using our formative qualitative interviews with 20 women who visit their incarcerated partners and 13 correctional officers who interact with prison visitors, we examined how institutional constraints such as the regulation of women's apparel, the prohibition of physical contact, and the lack of forums for privacy result in couples forging alternative "spaces" in which their relationships occur. Romantic scripts, the build-up of sexual tension during the incarceration period and conditions of parole promote unprotected sexual intercourse and other HIV/STD risk behavior following release from prison. (Comfort M, Grinstead O, McCartney K, Bourgois P, Knight K. You cannot do nothing in this damn place": sex and intimacy among couples with an incarcerated male partner. J Sex Res. 2005 Feb;42(1):3-12.)
- Please see the Science-to-Community Report on HOME.
- "You can't do nothing in this damn place": Sex and intimacy among couples with an incarcerated male partner. The Journal of Sex Research (2005).
- Bringing it HOME: Design and implementation of an HIV/STD intervention for women visiting incarcerated men. AIDS Education and Prevention (2008).
- Effectiveness of an HIV prevention program for women visiting their incarcerated partners: the HOME project. AIDS Behavior (2011).
Usuarios de drogas inyectables (UDI)
El uso de drogas inyectables representa casi la tercera parte (el 36%) de los casos acumulados de SIDA en EE.UU. Estos casos incluyen usuarios/as de drogas inyectables (UDI), sus parejas sexuales y los hijos nacidos de estas parejas. Los afroamericanos y los latinos están desproporcionadamente afectados por el SIDA asociado al UDI. En el año 2000, de los casos de SIDA asociados al UDI, el 26% eran afroamericanos, el 31% latinos y el 19% caucásicos.1 Las mujeres también han sido afectadas en forma desproporcionada. En general, el 62% de los casos de SIDA entre mujeres se han atribuido a los UDI y al sexo con parejas UDI, en comparación con el 34% de los casos masculinos. Las personas UDI corren un riesgo aun mayor de contraer otras enfermedades graves vinculadas al uso de drogas, entre ellas la hepatitis C y la sobredosis; y constituyen el 60% de las infecciones de hepatitis C en EE.UU.Las tasas de infección por hepatitis C entre jóvenes UDI son de 4 a 100 veces mayores que las tasas de infección por VIH. La sobredosis de drogas es una de las principales causas de muerte entre los usuarios de heroína, incluso en áreas con altas tasas de UDI con VIH.
Disclosure assistance (PCRS)
After more than 20 years of the HIV epidemic, with advances in treatment and increases in understanding and acceptance of HIV, getting an HIV+ diagnosis still can be a traumatic experience. HIV+ persons must come to terms with their own infection and be concerned with possible infection in past and future partners. Talking to partners about HIV is especially hard because even though it is a manageable disease, HIV still is not curable. Disclosure assistance services (also known as partner counseling and referral services or PCRS) are an array of voluntary and confidential services available to persons living with HIV and their exposed sex and/or needle-sharing partner(s). Disclosure assistance is cost effective and can play a critical role in identifying those individuals most at risk for HIV infection, and linking those who are infected to early medical care and treatment. Most HIV+ persons make the decision to disclose or not disclose to their partners on their own. But HIV+ persons may want support for telling their partners about HIV, whether by encouragement for self-disclosure or by having someone who is well-trained carefully and confidentially notify a partner for them. In one study, persons who received disclosure assistance were over three times more likely to have informed a partner of their risk. In the past few years, HIV counseling and testing programs across the US have shifted their emphasis from testing anyone, to finding and testing persons at greatest risk for HIV infection. At general HIV testing sites, around 1% of clients tested are found to be HIV+, whereas 8-39% of clients tested through disclosure assistance are found to be HIV+.