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Prueba rápida a la frontera

¿Cuál es el papel de las pruebas rápidas para la frontera EE.UU.- México y las poblaciones migrantes?

¿por qué hacer pruebas del VIH?

Hasta hace poco, las tasas de infección por VIH en México y entre los migrantes mexicanos en California parecían estables y relativamente bajas. Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que el VIH podría estarse extendiendo más agresivamente en algunas poblaciones, especialmente en las comunidades fronterizas.1 Un estudio entre 374 hombres latinos jóvenes que tienen sexo con hombres (HSH) de San Diego-Tijuana encontró tasas elevadas de VIH: 19% en Tijuana y 35% en San Diego.2 Otro estudio en Tijuana con 1,068 mujeres embarazadas en trabajo de parto encontró una tasa de infección del 1.12%.3 Sin embargo, otro estudio efectuado entre 1,041 migrantes mexicanos en puntos de cruce fronterizo en Tijuana encontró tasas de infección por VIH de 0%.4 Las pruebas del VIH son clave para prevenir el VIH. Las personas VIH+ pueden recibir consejería, servicios de educación preventiva y apoyo, y atención médica para mantenerse saludables e impedir el desarrollo del SIDA. Las personas VIH- pueden tener acceso a consejería y educación para permanecer seronegativos. El 31% de las personas VIH+ en EE.UU. ignoran que están infectadas.5 Las poblaciones fronterizas y migrantes pueden enfrentar un mayor riesgo de infección por VIH, pero tienen menor probabilidad de hacerse una prueba o regresar por sus resultados. Muchos no tienen acceso o tienen miedo de acceder los sistemas tradicionales de salud, no cuentan con medios de transporte y cambian de domicilio frecuentemente.6

¿por qué se recomienda la prueba rápida?

Aun cuando las personas pueden hacerse la prueba del VIH, muchos nunca regresan por sus resultados. En los lugares de pruebas que operan con fondos públicos, hasta el 33% de las personas que resultan VIH+ y un 25% de las que resultan VIH- nunca recogen sus resultados.7 Esto podría ser especialmente cierto para las poblaciones fronterizas y migrantes pues no cuentan con vivienda estable ni permiso legal para permanecer en EE.UU. La prueba rápida del VIH es una forma novedosa que confronta esta problemática. Las pruebas convencionales del VIH se realizan con extracciones de sangre con jeringa o tomas de muestras bucales que se envían al laboratorio para su análisis. Las personas deben regresar de 1 a 2 semanas después por sus resultados. Con la prueba rápida se puede tomar la prueba, recibir consejería y obtener resultados en una sola visita. Esto puede ayudar a aumentar la cantidad de personas que se hacen la prueba y disminuir la cantidad de quienes no regresan por sus resultados.8 Las pruebas rápidas se pueden hacer en la mayoría de las clínicas y en lugares alternativos de atención y promoción para la salud como furgonetas [vans], bares, parques y ferias de la salud. Un estudio entre trabajadores agrícolas temporaleros encontró que era más probable que los hombres y las mujeres aceptaran hacerse gratuitamente la prueba del VIH si se utilizaba un piquete de alfiler en el dedo y podían obtener sus resultados en 30 minutos.9 Muchas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales se están inclinando por el uso de la prueba rápida en lugar de la prueba convencional. El Plan Estratégico de los CDC para el 2005 pretende incrementar al 95% la cantidad de personas que conocen su condición respecto al VIH, y el uso de la prueba rápida es una parte integral del plan.5 En California, la meta es que el 80% de los sitios financiados por el estado utilicen la prueba rápida para fines del 2006.10

¿cómo se efectúa la prueba?

La prueba rápida puede hacer uso de un piquete de alfiler en el dedo, de la extracción de sangre con jeringa o de una almohadilla para obtener la muestra bucal. El técnico a cargo de la prueba coloca la muestra en un tubo de ensayo con sustancias químicas para procesarla. Los resultados se obtienen en 20 minutos o menos. La consejería y la planeación para la reducción del riesgo con el paciente puede hacerse antes o después de obtener la muestra o durante el tiempo de espera. En la actualidad, cuatro pruebas rápidas han sido autorizadas por la FDA en EE.UU.: Reveal, OraQuick, Multispot y Uni-Gold.11 Todas son extremadamente precisas, con tasas de sensibilidad de entre 99.6 y 100%.12 OraQuick Advance utiliza una muestra bucal y puede efectuarse en una gama más amplia de situaciones y temperaturas. En 20 minutos, la mayoría de las pruebas rápidas proporcionan ya sea resultados negativos (no hay reacción) o bien resultados positivos preliminares (sí hay reacción). Si el resultado preliminar es positivo, se toma una segunda muestra convencional para confirmarlo. La confirmación final sigue requiriendo de 1-2 semanas. Datos a nivel nacional indican que con la prueba rápida, el 95% de los pacientes con un resultado positivo preliminar regresaron por sus resultados confirmatorios.13

¿la prueba rápida significa consejería rápida?

No. Un estudio no encontró diferencia en las tasas de enfermedades transmitidas sexualmente (ETS) al comparar la consejería de las pruebas rápidas y con la de las pruebas convencionales.14 La prueba rápida permite suficiente tiempo para la consejería. Un consejero tiene alrededor de 20 minutos mientras se toma la muestra y se obtiene el resultado para ofrecer una consejería enfocada y específica a los riesgos del paciente y su posible exposición al VIH. La consejería de la prueba rápida puede ser más intensa pues los resultados se obtienen de inmediato.15 Las personas que reciben un resultado positivo preliminar deben regresar por sus resultados confirmatorios. Estas podrían estar más preparadas para lidiar con su diagnóstico pues han tenido tiempo para pensar sobre su resultado positivo y quizá sean más receptivas a las recomendaciones y alternativas que se les ofrezcan. Los consejeros necesitarán conocer a fondo las referencias a los recursos disponibles que estas sesiones más enfocadas puedan requerir. Dichas referencias deben ser específicas a las poblaciones fronterizas y migrantes, incluyendo las necesidades básicas como atención médica, vivienda, consejería jurídica y empleo. Se debe disponer de materiales impresos en español y los consejeros tener conocimiento y capacitación culturalmente relevante a la problemática de la migración e inmigración. Ya que muchas personas viajan entre EE.UU. y México, las referencias deben considerar recursos en ambos países. Al principio, los consejeros tienden a inquietarse un poco por los nuevos procedimientos de la prueba y la consejería, pero después de haber recibido capacitación y ofrecido una serie de sesiones de consejería, se sienten más cómodos y reportan haber querido realizar esta prueba con anterioridad.16

¿qué se está haciendo?

La prueba rápida es algo relativamente nuevo en las zonas fronterizas. Una encuesta realizada en el 2003 entre 85 centros fronterizos de salud (centros de salud comunitarios y para migrantes, organizaciones de tribus indígenas y programas para personas desamparadas, entre otros) encontró que 64 centros (o sea, el 75%) realizaban la prueba del VIH. De estos, 45 también ofrecían medicamentos para el VIH y servicios de consejería. Ningún sitio en ningún estado fronterizo ofrecía la prueba rápida del VIH.17 En la actualidad, el condado de San Diego ofrece la prueba rápida, educación para la prevención y servicios de enlace con atención médica en varios lugares, como iglesias, albergues, parques y playas, a lo largo de la frontera entre México y California. Desde que comenzó a ofrecerse la prueba rápida en todos los sitios donde se hacía la prueba en forma anónima, la tasa de retorno de los pacientes aumentó del 72% al 93%.18 La FE CARE Center en El Paso, Texas, ofrece la prueba rápida en su clínica y a través de una camioneta que visita bares y centro nocturnos para gente gay y librerías para adultos en la zona centro. El vehículo tiene dos consejeros y utiliza la prueba rápida oral “OraQuick Advanced” para detectar el VIH. En clínica utilizan la prueba OraQuick de piquete en el dedo. Las personas prefieren obtener sus resultados rápidamente sin que se les extraiga sangre con una jeringa. Desde que se comenzó a ofrecer la prueba rápida, la cantidad de personas que se hacen la prueba en La Fe ha aumentado de 500 en 2002 a más de 2,000 en la actualidad.19

¿cuál es el futuro de la prueba rápida?

El futuro es ahora. Fuera de los EE.UU., la prueba rápida se utiliza ampliamente y las pruebas confirmatorias también se hacen con una prueba rápida, eliminado el periodo de espera para quienes que resultan VIH+. Los fabricantes se han demorado en solicitar la autorización para dichas pruebas en EE.UU. ya que la FDA tiene políticas muy estrictas. La prueba rápida ha sido recibida con gran entusiasmo en algunas áreas y con bastante aprehensión en otras. Conforme los gobiernos federales y estatales aumentan sus requisitos para la aplicación de esta prueba, los recursos para la capacitación, la asistencia técnica y el financiamiento para las organizaciones necesitan incrementarse para poder incentivar su uso. No basta con simplemente ofrecer la prueba rápida para el VIH a los inmigrantes mexicanos y de otras procedencias. La prueba rápida puede facilitar un mejor monitoreo epidemiológico del VIH en las poblaciones migrantes y fronterizas, ofreciendo una perspectiva más clara de la magnitud de esta infección. Las personas con resultados VIH+ necesitarán atención médica y tratamientos de alta calidad; y las personas en riesgo de contraer el VIH necesitarán acudir a programas de educación y prevención que sean culturalmente específicos. Ya que muchas personas viajan entre EE.UU. y México, la cooperación binacional indispensable para abordar esta problemática y mejorar la salud pública en ambos países.


¿quién lo dice?

1. Sanchez MA, Lemp GF, Magis-Rodriguez C, et al. The epidemiology of HIV among Mexican migrants and recent immigrants in California and Mexico. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes. 2004;37:S204-S214. 2. Ruiz, JD. HIV prevalence, risk behaviors and access to care among young Latino MSM in San Diego, California and Tijuana, Mexico. Presented at the Binational Conference on HIV AIDS. Oakland, CA. 2002. 3. Viani RM, Araneta MR, Ruiz-Calderon J, et al. HIV-1 infection in a cohort of pregnant women in Baja California, Mexico: evidence of an emerging crisis? Presented at the International Conference on AIDS, Bangkok, Thailand. 2004. Abst #ThPeC7301. 4. Martinez-Donate AP, Rangell MG, Hovell MF et al. HIV infection in mobile populations: the case of Mexican migrants to the US. Revista Panamaña de Salud Publica. 2005;17:26-29. 5. Centers for Disease Control and Prevention. HIV Prevention Strategic Plan Through 2005. https://www.cdc.gov/nchhstp/strategicpriorities/default.htm  6. Solorio MR, Currier J, Cunningham W. HIV health care services for Mexican migrants. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes. 2004;37:S240-S251. 7. Kendrick SR, Kroc KA, Withum D et al. Outcomes of offering rapid point-of-care HIV testing in a sexually transmitted disease clinic. Journal of AIDS. 2005;38:142-146. 8. Sullivan PS, Lansky A, Drake A. Failure to return for HIV test results among persons at high risk for HIV infection: results from a multistate interview project. Journal of AIDS. 2004;35:511-518. 9. Fernandez MI, Collazo JB, Bowen GS et al. Predictors of HIV testing and intention to test among Hispanic farmworkers in South Florida. Journal of Rural Health. 2005;2:56-64. 10. Dowling T. Outreach and prevention rapid HIV testing in non-clinical settings. Presented at the Rapid Testing Conference, California 2004. 11. Reveal: www.reveal-hiv.com/ OraQuick,  Uni-Gold:ww.trinitybiotech.com/EN/index.asp Multispot: www.bio-rad.com 12. Branson BM. Point-of-care rapid tests for HIV antibodies. Journal of Laboratory Medicine. 2003;27:288-295. 13. Kassler WJ, Dillon BA, Haley C, et al. On-site, rapid HIV testing with same-day results and counseling. AIDS. 1997;11:1045-1051. 14. Metcalf CA, Douglas JM, Malotte CK et al. Relative efficacy of prevention counseling with rapid and standard HIV testing: a randomized, controlled trial (RESPECT-2). Sexually Transmitted Diseases. 2005;32:130-138. 15. Rapid HIV antibody testing. HIV Counselor Perspectives. 2003;12:1-8. 16. Birkhead GS, San Antonio-Gaddy ML, Richardson-Moore AL, et al. Effect of training and field experience on staff confidence and skills for rapid HIV testing in New York state. Presented at the International Conference on AIDS, Bangkok, Thailand. 2004. Abst #MoPeE4103. 17. Donohoe TJ, Ribo A. Border “330″ clinics: a preliminary report on survey data and an inventory & summary of HIV border services. Needs Assessment Report of Pacific AIDS Education and Training Center and Texas/ Oklahoma AIDS Education and Training Center. July 2003. 18. HIV, STD and Hepatitis Branch, San Diego County, CA. (619) 296-2120 19. La Fe CARE Center, El Paso, TX. (915) 534-7979 20. Rapid testing for HIV: an issue brief. NASTAD HIV Prevention Update. September 2000.


Preparado por Tom Donohoe* y Jay Fournier *UCLA/Pacific AIDS Education and Training Center. Traducción David Sweet-Cordero Mayo 2005. Hoja Informativa #S58S

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Padres e hijos

¿Cómo hablan padres e hijos sobre el VIH?

¿por qué es importante la comunicación?

La actividad sexual empieza a temprana edad para muchos jóvenes. De cada 10 estudiantes del noveno grado casi cuatro (37%) han tenido relaciones sexuales, y de cada 10 estudiantes, casi 7 (66%) han tenido relaciones sexuales al llegar al doceavo grado.1 Cada año tres millones de jóvenes, es decir, casi un cuarto de los jóvenes que han experimentado con el sexo, van a padecer de alguna Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS). Clamidia es la enfermedad más común entre la juventud que entre adultos. Los jóvenes tienen índices más altos de gonorrea que los adultos de 20-44 años de edad.2 El VIH se convierte cada vez más en la epidemia de la juventud. Un cuarto de todas las nuevas infecciones en los EEUU ocurre entre personas menores de 22 años y la mitad de todas las nuevas infecciones ocurren entre personas menores de 25 años.3

“Quiero que mi hija esté preparada [para la pubertad y el sexo]. A mi me tomó por sorpresa.” -Padre de familia

A pesar de estas escalofriantes estadísticas, muchos padres no saben o no quieren aceptar que sus hijos pueden estar experimentando con el sexo. Un estudio a madres con hijos adolescentes reveló que el 70% de las mamás creían que sus hijos varones eran vírgenes (todavía no habían tenido relaciones sexuales) cuando sólo el 44% de ellos lo eran. Con respecto a las hijas, el 82% de las madres creyó que todavía eran vírgenes cuando en realidad sólo el 70% lo eran.4

¿están hablando los padres con sus hijos?

Desafortunadamente, no lo suficiente. Una encuesta a padres de familia con hijos pre- adolescentes de un vecindario con alta seroprevalencia encontró que los padres de familia tienen la impresión de hablar mucho sobre el VIH. Los hijos, por el contrario, dicen haber tenido menos de un cuarto de las pláticas que los padres dijeron tener.5 A menudo, los padres creen estar hablando con sus hijos sobre el SIDA, cuando probablemente están hablando del aspecto médico y no necesariamente sobre la sexualidad o el sexo seguro. Una encuesta a nivel nacional reveló que las madres con hijos mayores de 11 años dijeron no estar satisfechas al tratar temas tales: como explicar cuando un(a) jóven está listo para llevar una vida sexual activa, la prevención del VIH, la orientación sexual y el uso del condón.6

“Es muy triste, para mi, pensar que no puedo hablar con mi mamá acerca de esto-ella se lo pierde. Siempre existen otros lugares. Yo creo que esta es la parte más grave del problema, porque cuando uno va a otros lugares, algunas veces recibe la información equivocada.” -Un jóven

¿cuál es el papel de los padres?

Los padres pueden influir en las acciones de sus hijos. En cinco ciudades se llevó a cabo una iniciativa de mercadeo sobre prevención del VIH con jóvenes de alto riesgo. Estos reportaron que sus padres ejercieron una influencia sustancial sobre el comportamiento sexual en tres formas: comunicándose con ellos, dándoles el ejemplo, y supervisándolos directamente.7 Contrario a la opinión popular, los jóvenes sí quieren tener a sus padres como guía. A los jóvenes les gustaría hablar más a menudo con sus padres sobre temas relacionados con el VIH, sin embargo, esto puede resultar un poco difícil.8

“Yo quiero que mis hijos varones sepan respetar a los demás y que primero conozcan a fondo a la persona antes de tener relaciones sexuales.” -Padre de familia

Los hijos aprenden observando y escuchando a sus padres. La manera en que los padres de familia reaccionan ante las preguntas de sus hijos (al contestar, al no contestar, enojado) es la forma en que ellos aprenden a reaccionar ante las situaciones difíciles. Las pláticas sobre las relaciones sanas deben comenzar a temprana edad y evolucionar en la medida en que los hijos maduran. Hablar con los hijos desde pequeños, darles el nombre apropiado a las diferentes partes del cuerpo, enseñarles a como decir no, y tomar las precauciones de salud necesarias puede ser el trampolín de su futura educación sobre la sexualidad y la prevención del VIH.

¿cuáles son las barreras?

Hablar sobre el tema de la sexualidad con los hijos puede ser una experiencia a veces difícil para el adulto. Cuando muchos de los adultos de hoy eran niños, sus padres no les hablaron de sexo o de otros temas. Los padres de hoy supondrían hacer lo contrario con sus hijos, pero carecen de la experiencia para guiar a los hijos.

“Nosotros no hablábamos de estas cosas cuando estábamos creciendo, por eso casi no acostumbro hacerlo. Yo trato, y me da risa…los niños se sienten más cómodos con eso [hablando de sexo] que yo.” -Padre de familia

Muchos padres tienen el concepto equivocado de que hablar de sexo con sus hijos puede despertar la curiosidad ocasionando la experiencia sexual prematura o que darles información sobre el control de la natalidad o anticonceptivos es darles luz verde para empezar las relaciones sexuales. Algunos padres creen que el hecho de hablar sobre la homosexualidad podría influir en la orientación sexual del hijo(a). De hecho, la plática honesta entre padres e hijos puede contribuir al retraso de la actividad sexual, evitar las conductas de riesgo y promover la socialización sexual sana en la juventud.9

¿qué es lo que funciona?

En los Angeles, CA, un programa que trataba a padres recién emigrados a los EEUU descubrió que al lograr la participación de la iglesia, de los proveedores de salud, usando presentadores que entienden la cultura y que hablan el idioma de los padres, y teniendo las reuniones10 por las noches fue lo que ayudó a atraer a los padres a las reuniones. Muchas veces, se logra atraer a más padres cuando se ofrecen clases de cómo criar y communicarse con los hijos que cuando se ofrecen clases específicamente sobre VIH, especialmente en comunidades religiosas. La educación impartida entre padres de familia ha sido eficaz. El folleto “Hablando del SIDA con Nuestros Hijos” capacita voluntarios para dirigir talleres para padres y tutores en las diferentes comunidades. Los padres aprenden sobre el VIH, practican la comunicación y las formas en que se puede reducir el riesgo y tienen, además, que hacer tareas que los preparan a hablar del VIH con sus hijos.11

“Los padres necesitan informar y guíar más a sus hijos! Yo pienso que esta es una ayuda tremenda.” -Un joven

En Virginia, los padres educadores fueron entrenados con el fin de dirigir programas de información del VIH para padres de familia con hijos en la escuela primaria (1-6), media (7-9), y superior (10-12). Estos padres sirvieron, además, como fuente de información en su comunidad. Se ha logrado la participación de otros padres por las recomendaciones que corren de boca en boca. Los padres participantes reportaron que habría más posibilidades de hablar con sus hijos sobre el SIDA si tuvieran conocimiento del tema.12 El programa de entrenamiento “El Camino Rápido” sirve a las familias emigrantes. Este programa tiene educadores que enseñan a las familias a platicar sobre las relaciones sanas y a mejorar la comunicación con el fin de prevenir el VIH. El programa usa videos con dibujos animados en inglés y español. Estos dibujos tienen una especie de círculos vacíos para los pensamientos y las palabras. Los padres trabajan entre sí y con sus hijos para completar los espacios en blanco, ayudando así a estimular la plática.13

¿qué queda por hacer?

La comunicación entre el padre o la madre y sus hijos no ha estado incluída en los esfuerzos de prevención. Sin embargo, los programas que involucran a todos los miembros de la familia pueden ser muy eficaces. Los programas más exitosos deben incluir a jóvenes y a padres de familia en el diseño del programa y en la selección del personal. Un programa de prevención completo utiliza muchos elementos para proteger del VIH a la mayor cantidad de personas posible. Dados los hechos, tanto los miembros de la familia como los educadores de prevención deberían trabajar en conjunto para asegurar la salud y la seguridad de nuestro niños en el futuro.


¿quién lo dice?

1. Centers for Disease Control and Prevention. Youth risk behavior surveillance-United States 1995 . Morbidity and Mortality Weekly Report. 1996;45:64. 2. Eng TR, Butler WT, eds. The Hidden Epidemic: Confronting Sexually Transmitted Diseases . Washington, DC: National Academy Press; 1996. 3. Rosenberg PS, Biggar RJ, Goedert JJ. Declining age at HIV infection in the United States (letter). New England Journal of Medicine. 1994;330:789-790. Miller K. Data from the Family adolescent risk behavior and communication study. Personal communication, Centers for Disease Control and Prevention; 1997. Krauss BJ, Goldsamt L, Pierre-Louis M. How pre-adolescents and their parents talk about HIV in a high HIV seroprevalence neighborhood. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract ThD4878. Mothers’ Voices. Mothers speak out on preventing and curing AIDS. Survey conducted by EDK Associates. 1997. Kennedy MG, Bye L, Rosenbaum J, et al. Focus group theme that will shape participatory social marketing interventions in 5 cities. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract TuD2882. Heft L, Faigeles B, Hall TL. Where are the parents in HIV education? Adolescents want their parents to talk about HIV. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract ThC4431.

  • Contacto: Lisa Heft (415) 487-8088.

Leland NL, Barth RP. Characteristics of adolescents who have attempted to avoid HIV and who have communicated with parents about sex. Journal of Adolescent Research. 1993;8:58-76. Baker C, Rich R, Wulf K. Strategies to involve newly-arrived immigrant parents in HIV education. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract TuD2794.

  • Contacto: Claudia Baker (213) 625-6429.

Tiffany J. HIV/AIDS education for parents and guardians: talking with kids about AIDS. Presented at the 9th International Conference on AIDS, Berlin, Germany. 1993. Abstract PO-D13-3716.

  • Contacto: Jennifer Tiffany (607) 255-1942.

Rankin DL. When “just say no” isn’t enough: parents educating parents about AIDS. Presented at the National Conference on Women and HIV, Los Angeles, CA. 1997. Abstract P2.37.

  • Contacto: Daphne Long Rankin (804) 828-2210.

Recursos para Padres e hijos: Advocates for Youth https://advocatesforyouth.org/ / American Red Cross AIDS Education Office 8111 Gate-house Road Falls Church, VA 22042 http://www.redcross.org Mothers’ Voices 165 West 46th Street, Suite 701 New York, NY 10036 (888) MVOICES http://www.mvoices.org National AIDS Clearinghouse PO Box 6003 Rockville, MD 20849-6003 (800) 458-5231 http://www.cdcnac.org Planned Parenthood (800) 230-7526 http://www.igc.apc.org/ ppfa/ Sexuality Information and Education Council of the US 130 West 42nd Street, Suite 350 New York, NY 10036 (212) 819-9770 http://www.siecus.org


Preparado por Lisa Heft*, Ann Kurth**, Pamela DeCarlo***, Tradución Romy Benard Rodríguez*** *San Francisco AIDS Foundation, **Mothers’ Voices, ***CAPS Deciembre 1997. Hoja Informativa 28S.

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Superinfección

¿Qué sabemos acerca de la superinfección por VIH?

revisado 5/06

¿qué son la infección dual, la coinfección y la superinfección?

La infección dual ocurre cuando una persona está infectada por dos o más cepas del VIH. Dicha persona puede haber adquirido ambas cepas simultáneamente de una pareja con infección dual o bien de varias parejas. Una cepa diferente del virus es aquella que se distingue genéticamente de la primera en un árbol “familiar” o filogenético. A la adquisición de distintas cepas del VIH de varias parejas muchas veces se le llama coinfección, si todas las cepas del virus fueron adquiridas anteriormente a la seroconversión, es decir, mucho antes de que se reconozca la presencia de cualquier infección por VIH. Se llama superinfección a la adquisición de distintas cepas del VIH de varias parejas si el segundo virus se adquiere después de la seroconversión, o sea, cuando la primera cepa del virus ya se encuentra establecida.1 La superinfección y la reinfección significan lo mismo. Las infecciones duales pueden manifestarse de forma secuencial, lo cual puede hacer que la coinfección se parezca a la superinfección. Puede ser que las infecciones duales de expresión secuencial (IDES) ocurran porque las respuestas inmunológicas contra el virus predominante permiten la manifestación de otras cepas del virus presentes en el cuerpo. También pueden suceder cambios aleatorios en poblaciones de virus que evolucionan, lo cual puede parecerse a la superinfección aunque ambas cepas hayan estado presentes desde el principio.

¿por qué es importante la superinfección?

La superinfección tiene importancia porque podría provocar la resistencia medicamentosa en personas VIH+, y tal vez lleve a un avance más rápido de la enfermedad.2,3 La investigación sobre el momento en que puede darse o no darse la superinfección podría identificar tipos de respuestas inmunológicas que protejan contra la infección, guiando así el diseño de vacunas contra el VIH. Muchas personas VIH+ que tienen parejas VIH+ preguntan sobre la superinfección. Los funcionarios de salud pública necesitan información sobre la superinfección para poder ayudar a las personas a entender los posibles riesgos del contacto sexual sin protección entre personas VIH+, sin infundirles temores injustificados que perjudiquen su relación de pareja y la revelación de su condición de VIH a parejas potenciales.

¿puede producirse la superinfección?

Muchos científicos creen que la superinfección puede suceder. La investigación en monos indica que puede darse la superinfección con otros virus parecidos al VIH.4,5 Las dieciséis personas con IDES (superinfección aparente) que han sido identificadas en la literatura científica, incluyen consumidores de drogas en Asia, mujeres en África y hombres en Europa y en EE.UU. Los análisis de laboratorio en algunos de estos informes sugieren que el segundo virus que apareció dichas personas no estuvo presente con anterioridad en la infección, lo cual sugiere la superinfección. La sensibilidad de estos análisis de laboratorio es limitada y las parejas causantes de la infección no han sido identificadas, por lo que no se puede saber con certeza en qué momento se adquirió el segundo virus.

¿quiénes corren el mayor riesgo?

El 95% de los casos aparentes de superinfección han ocurrido durante los primeros tres años de infección.6-9 Estudios han detectado pruebas de superinfección entre el 2% y el 5% de las personas durante el primer año de infección. El tratamiento intermitente de las infecciones agudas o recientes por VIH puede prolongar la susceptibilidad a la superinfección.10,11 En cambio, los estudios realizados en personas con infecciones de más largo plazo no han encontrado evidencia alguna de superinfección. Un estudio no dio con ningún caso al cabo de 1,072 años-persona de observación.12 Otro no reveló ninguno después de 215 años-persona de observación de consumidores de drogas intravenosas.13 Un tercer estudio no encontró caso alguno tras 233 años-persona y 20,859 exposiciones por contacto sexual sin protección.14 Es posible que las personas con una carga viral muy baja sean más susceptibles a la superinfección. Las respuestas inmunológicas antivirales y la interferencia viral son menores en personas con carga viral baja, por lo que la superinfección puede ocurrir con más frecuencia en esta población.15 Se necesita más investigación al respecto para confirmarlo.

¿es malo tener más de un virus?

La infección dual puede perjudicar la salud de las personas VIH+. Los individuos superinfectados pueden tener una carga viral más alta y un recuento de CD4 más bajo, lo cual acelera la evolución de la enfermedad.2,3 Esta evolución puede acelerarse después de la aparición de un segundo virus.1 La superinfección también puede afectar el tratamiento del VIH, ya que ésta aumenta la probabilidad de resistencia medicamentosa.16 Las personas VIH+ con infección dual pueden no responder tan bien a los medicamentos antirretrovirales actuales por tener cepas de virus resistentes.

¿qué nos falta por conocer?

Todavía falta mucho por aprender sobre la superinfección. Primero, necesitamos saber con más seguridad si la superinfección realmente ocurre o no entre las personas VIH+. No se ha documentado ningún caso definitivo de superinfección, para lo cual sería necesario poder vincular el momento de la segunda infección con el inicio de una relación sexual nueva. Segundo, necesitamos entender cómo y cuándo se da la superinfección. Entre los investigadores se va creando consenso sobre la idea de que las personas VIH+ en la primera etapa de infección -y durante el primer año en particular- pueden correr un mayor riesgo de superinfección que otras personas VIH+ con infección crónica.17 También debemos determinar si las personas con una carga viral suprimida durante el tratamiento son susceptibles a la superinfección. Tercero, es preciso saber cómo proteger al individuo contra la superinfección. Si ésta ocurre rara vez o únicamente en la etapa de infección reciente, es importante determinar los mecanismos que hacen a una persona VIH+ inmune de adquirir un segundo virus. Sería importante saber si la exposición a diferentes cepas virales podría brindar inmunidad protectora contra la superinfección.18 Finalmente, debemos continuar actualizando y divulgando datos científicos sobre la superinfección, sus causas y consecuencias tanto a las personas VIH+ como a los profesionales médicos que las atienden.

¿qué podemos recomendar actualmente?

La consejería sobre la superinfección debe de basarse en un entendimiento de las relaciones sexuales del individuo. Antes de ofrecerle asesoría acerca de la superinfección, el consejero debe saber si el individuo está en una relación de pareja continua con una persona VIH+, si la persona busca habitualmente a otras personas VIH+ para tener sexo sin protección, y si revela su condición de VIH+ a parejas potenciales. Estos antecedentes deben guiar la conversación sobre los riesgos y beneficios del contacto sexual entre parejas VIH+. Si el consejero no tiene tiempo suficiente para considerar estos aspectos personales, sería mejor que se limitara a decir: “Hay una falta información sobre la superinfección. Si de hecho ocurre, lo más probable es que se dé en los primeros años después de contraer la primera infección. Después, es raro que ocurra.” Se sabe aun menos sobre la superinfección causada al compartir jeringas, pero cabe esperar el mismo patrón de alto riesgo inicial seguido de un riesgo menor durante la etapa de infección crónica. Sin embargo, ya que los consumidores de drogas intravenosas corren un alto riesgo de infección por hepatitis C al inyectarse con jeringas previamente usadas, es importante enfatizar los esfuerzos para obtener equipos esterilizados de los programas de intercambio de jeringas. Los interesados deben ser remitidos a los estudios de investigación actuales con el fin de reducir las considerables lagunas de información.19 Las personas con varias parejas sexuales, o cuyas parejas tienen varias parejas sexuales, deben recibir asesoría sobre los riesgos de contraer otras infecciones de transmisión sexual. Se les debe recomendar vacunarse contra la hepatitis B y hacerse pruebas periódicas de detección de sífilis.


¿quién lo dice?

1. Smith DM, Richman DD, Little SJ. HIV superinfection . Journal of Infectious Diseases. 2005;192:438-444. 2. Gottlieb GS, Nickle DC, Jensen MA, et al. Dual HIV-1 infection associated with rapid disease progression . The Lancet. 2004;363:610-622. 3. Grobler J, Gray CM, Rademeyer C, et al. Incidence of HIV-1 dual infection and its association with increased viral load set point in a cohort of HIV-1 subtype c-infected female sex workers . Journal of Infectious Diseases. 2004;190:1355-9. 4. Otten RA, Ellenberger DL, Adams DR, et al. Identification of a window period for susceptibility to dual infection with two distinct human immunodeficiency virus type 2 isolates in a Macaca nemestrina model . Journal of Infectious Diseases. 1999;180:673-84. 5. Fultz PN, Srinivasan A, Greene CR, et al. Superinfection of a chimpanzee with a second strain of human immunodeficiency virus . Journal of Virology. 1987;61:4026-4029. 6. Angel JB, Hu YW, Kravcik S, et al. Virological evaluation of the ‘Ottawa case’ indicates no evidence for HIV-1 superinfection . AIDS. 2004;18:331-334. 7. Smith DM, Wong JK, Hightower GK, et al. Incidence of HIV superinfection following primary infection . Journal of the American Medical Association. 2004;292:1177-1178. 8. Hu DJ, Subbarao S, Vanichseni S, et al. Frequency of HIV-1 dual subtype infections, including intersubtype superinfections, among injection drug users in Bangkok, Thailand . AIDS. 2005;19:303-308. 9. Grant R, McConnell J, Marcus J, et al. High frequency of apparent HIV-1 superinfection in a seroconverter cohort. 12th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. 2005. Abst #287. 10. Altfeld M, Allen TM, Yu XG, et al. HIV-1 superinfection despite broad CD8+ T-cell responses containing replication of the primary virus . Nature. 2002;420:434-439. 11. Jost S, Bernard M, Kaiser L, et al. A patient with HIV-1 super-infection . New England Journal of Medicine. 2002;347:731-736. 12. Gonzales MJ, Delwart E, Rhee SY, et al. Lack of detectable human immunodeficiency virus type 1 superinfection during 1072 person-years of observation . Journal of Infectious Diseases. 2003;188:397-405. 13. Tsui R, Herring BL, Barbour JD, et al. Human immunodeficiency virus type 1 superinfection was not detected following 215 years of injection drug user exposure . Journal of Virology. 2004;78:94-103. 14. Grant R, McConnell J, Herring B, et al. No superinfection among seroconcordant couples after well-defined exposure. International Conference on AIDS, Bangkok, Thailand, 2004. Abst #ThPeA6949. 15. Marcus J, McConnell J, Liegler T, et al. Highly divergent viral lineages in blood DNA appear frequently during suppressive therapy in persons exposed to superinfection. 13th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. 2006. Abst #297. 16. Smith DM, Wong JK, High-tower GK, et al. HIV drug resistance acquired through superinfection . AIDS. 2005;19:1251-1256.16. Gross KL, Porco TC, Grant RM. HIV-1 superinfection and viral diversity. AIDS. 2004;18:1513-1520. 17. Gross KL, Porco TC, Grant RM. HIV-1 superinfection and viral diversity . AIDS. 2004;18:1513-1520. 18. McConnell J, Liu Y, Kreis C, et al. Broad neutralization of HIV-1 variants in couples without evidence of systemic superinfection. 13th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. 2006. Abst #92. 19. HIV+ persons who have HIV+ partners residing or visiting San Francisco can call the Positive Partners Study 1-415-734-4878.


Preparado por Robert M. Grant MD, J. Jeff McConnell MA Gladstone Institute of Virology and Immunology, UCSF Traducción: Rocky Schnaath Mayo 2006. Hoja Informativo #56SR

Resource

HOME (Prevention for Women with Incarcerated Partners)

Women with incarcerated partners are at particular risk for HIV infection. Their partners are over five times more likely than men in the general population to be HIV+. Incarcerated men also have a high incidence of injection drug use. Women with incarcerated partners are primarily low-income women of color for whom racism, poverty and sexism contribute to increased HIV risk and whose life stressors are exacerbated by their partners' imprisonment.

Program

The purpose of the HOME project is to design and test an intervention to reduce HIV risk among women whose male partner is being released from San Quentin State Prison. This study is funded by the National Institute of Nursing Research (NINR). The 12-month HOME intervention ran from February 2005 through January 2006. Weekly activities addressing HIV and STD prevention, women's health, and population-specific topics such as parole information were held at a center for visitors directly outside of the gates of San Quentin. Eleven women who visit incarcerated men were trained as peer educators and were closely involved with project staff in facilitating weekly activities. We collected data during the intervention period using the same quantitative surveys used in our formative research. We also are comparing participants in two cross-sectional surveys, one conducted immediately prior to the launch of the intervention and one conducted immediately after the intervention left the field. Finally, we conducted longitudinal qualitative interviews with the project peer educators.

Formative research

Prior to developing HOME, we conducted several studies with women with incarcerated partners. Based on information gathered in focus groups and pilot studies, we developed an HIV prevention intervention that addresses the specific needs of women with incarcerated partners and facilitates their utilization of community services. This intervention was a peer-led HIV education workshop that provided HIV information, facilitated supportive relationships between visitors and provided referrals as needed. This program and its evaluation are described in a published article (Comfort M, Grinstead OA, Faigeles B, Zack B. Reducing HIV risk among women visiting their incarcerated male partners.Criminal Justice and Behavior, 2000, Vol 21, p. 57-71). We also conducted a series of cross-sectional surveys of women leaving the prison after visiting. These descriptive surveys showed that women visitors are most often low income women of color and that the majority of visitors are raising children. Survey results also indicated that women are spending a large portion of their income on visiting, phone calls and other costs of maintaining their relationship with an incarcerated man. (Grinstead O, Faigeles B, Bancroft C, Zack B. The financial cost of maintaining relationships with incarcerated men: results from a survey of women prison visitors. Journal of African American Men. 2001.)

Video

In response to our findings that many women are unaware of or minimize the risk of having an incarcerated partner, we created "Inside/Out: Real Stories of Men and Women and Life After Incarceration." This 17-minute video presents real stories of four women whose partners have been incarcerated and five men who have served time. The video explores the challenges faced by women after their partners are released from prison. Inside/Out focuses on the health risks in prison and highlights the need for honest communication around health issues when planning for the future. The accompanying discussion guide is designed to draw women with incarcerated partners and other at-risk women into a discussion about the risks of partner incarceration and other partner risk issues. 

Research findings

In an effort to deepen our understanding of how circumstances of forced separation and the interdiction of physical contact affect women's sexual behavior, we investigated the development and maintenance of heterosexual couples' intimacy when the male partner is incarcerated. We recognize that correctional control extends to these women's bodies, both when they are within the facility's walls visiting their mates and when they are at home striving to remain connected to absent men. Using our formative qualitative interviews with 20 women who visit their incarcerated partners and 13 correctional officers who interact with prison visitors, we examined how institutional constraints such as the regulation of women's apparel, the prohibition of physical contact, and the lack of forums for privacy result in couples forging alternative "spaces" in which their relationships occur. Romantic scripts, the build-up of sexual tension during the incarceration period and conditions of parole promote unprotected sexual intercourse and other HIV/STD risk behavior following release from prison. (Comfort M, Grinstead O, McCartney K, Bourgois P, Knight K. You cannot do nothing in this damn place": sex and intimacy among couples with an incarcerated male partner. J Sex Res. 2005 Feb;42(1):3-12.)

Resource

Usuarios de drogas inyectables (UDI)

El uso de drogas inyectables representa casi la tercera parte (el 36%) de los casos acumulados de SIDA en EE.UU. Estos casos incluyen usuarios/as de drogas inyectables (UDI), sus parejas sexuales y los hijos nacidos de estas parejas. Los afroamericanos y los latinos están desproporcionadamente afectados por el SIDA asociado al UDI. En el año 2000, de los casos de SIDA asociados al UDI, el 26% eran afroamericanos, el 31% latinos y el 19% caucásicos.1 Las mujeres también han sido afectadas en forma desproporcionada. En general, el 62% de los casos de SIDA entre mujeres se han atribuido a los UDI y al sexo con parejas UDI, en comparación con el 34% de los casos masculinos. Las personas UDI corren un riesgo aun mayor de contraer otras enfermedades graves vinculadas al uso de drogas, entre ellas la hepatitis C y la sobredosis; y constituyen el 60% de las infecciones de hepatitis C en EE.UU.Las tasas de infección por hepatitis C entre jóvenes UDI son de 4 a 100 veces mayores que las tasas de infección por VIH. La sobredosis de drogas es una de las principales causas de muerte entre los usuarios de heroína, incluso en áreas con altas tasas de UDI con VIH.