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Inmigrantes mexicano/as
¿Cuáles son las necesidades de prevención de inmigrantes mexicanos/as en EE.UU.?
¿por qué emigran?
Entre la gente en México, el motivo principal para emigrar a Estados Unidos es la necesidad económica, seguido por el deseo (especialmente por parte de mujeres y niños) de reunirse con su pareja, sus padres u otros familiares cercanos. Sin embargo, algunas personas tienen otra razón importante: la necesidad de encontrar un entorno social que les permita redefinir su identidad sexual y de género.::1,2— Esta “migración sexual” se ha observado en mujeres mexicanas y en hombres con atracción sexual por otros hombres (HSH). La migración sexual es de particular interés en relación con el riesgo de VIH. Contrariamente a lo que con frecuencia se supone, hay mucha diversidad entre los mexicanos y mexicanas que se mudan a EE.UU., ya que provienen tanto de zonas rurales como urbanas, y pueden ser de cualquier nivel socioeconómico, documentados o indocumentados, monolingües o bilingües. Algunas personas emigran permanentemente. Otras se quedan por poco tiempo y luego regresan a México.
¿quién corre riesgo de contraer el VIH?
Se calcula que entre 3 y 6 millones de mexicanos indocumentados viven actualmente en EE.UU., la mayoría en California y Texas.::3— Muchos mexicanos cruzan con frecuencia de un lado a otro de la frontera. La cuarta parte de los casos de SIDA en México ocurren en personas que han pasado periodos largos en EE.UU.::4— Las estadísticas sobre el SIDA en México señalan una leve tendencia hacia la “ruralización” del SIDA, la cual podría estar ligada a la migración masculina a EE.UU.::5— Los escasos datos sobre las infecciones por VIH entre mexicanos radicados en EE.UU. sugieren que los grupos más afectados son los HSH, los heterosexuales (algunos con parejas que usan drogas inyectables, llamados UDI), y los UDI mismos. De los casos de SIDA reportados en EE.UU. en el año 2000 entre personas nacidas en México, el 44% ocurrió entre HSH, el 14% entre heterosexuales, el 9% entre UDI y el 3% entre HSH que son también UDI.::6— Se desconocía la causa de transmisión en el 29% de los casos.
¿qué los pone en riesgo?
Los subgrupos de mexicanos/as radicados en EE.UU. afrontan diferentes desafíos relacionados con el riesgo de transmisión del VIH. Entre otros factores, estos desafíos dependen de: 1) los cambios en su identidad y conducta (sexual y de consumo de drogas) después de llegar a EE.UU.; 2) el acceso a servicios de salud, a información adecuada sobre el VIH y a condones; 3) las normas de su nueva comunidad sobre la protección sexual y el consumo de drogas; 4) la naturaleza de sus relaciones con parejas sexuales en EE.UU. y en México; y 5) el grado en que son afectados por el racismo, la discriminación y la pobreza en EE.UU. Un estudio de 374 jóvenes HSH latinos en la región de San Diego/Tijuana encontró altas tasas de infección por VIH: 19% en Tijuana, México y 35% en San Diego, CA.::7— En Tijuana, sólo la mitad de los jóvenes HSH había recibido alguna información sobre la prevención del VIH y menos de la mitad se había hecho la prueba del VIH. Más jóvenes HSH en Tijuana reportaron contacto sexual con mujeres y uso de drogas inyectables que sus pares en San Diego. En San Diego, los jóvenes HSH reportaron más sexo con hombres sin protección. El riesgo de transmisión del VIH también existe entre migrantes mexicanos/as heterosexuales, especialmente entre hombres que son jornaleros urbanos o trabajadores del campo. Muchos de estos hombres emigran sin su pareja, son jóvenes y están solos y aislados, por lo que es probable que busquen sexo. Asimismo, es común que tengan un nivel bajo de escolaridad, hablen poco inglés y tengan poco acceso a servicios médicos, todo lo cual les puede impedir recibir mensajes de prevención del VIH.::8— Algunos se prostituyen, tienen sexo sin protección con trabajadoras sexuales, o tienen una esposa en México con quien tienen relaciones sexuales sin condón.::9— Muchas mexicanas casadas, que viven ya sea en EE.UU., en pueblos fronterizos, o en México con un esposo que ha emigrado a EE.UU., tienen fuertes creencias sobre la fidelidad matrimonial y sentimientos negativos sobre el uso de condones. En un estudio, muchas mujeres reconocieron que los hombres con largas ausencias corren riesgo de contraer el VIH, pero la mayoría creía que esto no le ocurriría a su esposo.::10— Tanto las jóvenes como las mujeres mayores dijeron que no querían saber de las aventuras extramaritales del esposo, y que tampoco querían sugerir con el uso de condón que sospechaban de infidelidad.
¿influye la aculturación en el riesgo?
Los estudios son algo contradictorios sobre si el riesgo de contraer el VIH se incrementa o se reduce a medida que los inmigrantes adoptan las normas y los valores de las comunidades dominantes de EE.UU. Algunos estudios argumentan que la aculturación es protectora, puesto que promueve la individualidad, la autoestima y el apoderamiento personal.::11— Otros sostienen que la aculturación aumenta el riesgo de contraer el VIH porque los inmigrantes adoptan comportamientos sexuales y de consumo de drogas que antes no tenían, cuando eran más conservadores. Lo evidente es que quien inmigra cambia durante su estancia en EE.UU., que los cambios son complejos y que deben tomarse en cuenta al diseñar programas de prevención del VIH para grupos inmigrantes.
¿qué se está haciendo al respecto?
El número de programas de prevención del VIH destinados a los inmigrantes mexicanos/as está incrementando. La cooperación entre los gobiernos de México y EE.UU. para afrontar el VIH/SIDA también ha aumentado. En San Francisco, CA, el programa Hermanos de Luna y Sol fue diseñado para satisfacer las necesidades de prevención del VIH entre HSH inmigrantes.::13— El programa trata experiencias de opresión que son comunes entre hombres latinos gay, el apoyo social, y temas comunitarios y emocionales en torno al sexo y la sexualidad. Se hace una conexión explícita entre la prevención del VIH y otras necesidades relacionadas con el desarrollo y la identidad, de tal manera que el sexo protegido se contextualice dentro del marco más amplio de la vida de los participantes. En El Paso, TX, un refugio para inmigrantes indocumentados brinda servicios de prevención basados en manejo de casos.::14— El manejo de casos usa un método integral para tratar la indigencia, así como la condición de ser VIH+, UDI o trabajador sexual, o de tener una pareja con cualquiera de estas condiciones. El programa se concentra primero en necesidades de sobrevivencia: da referencias para servicios de alojamiento y vivienda, bancos de comida, tratamiento médico y de salud mental. También busca clínicas que ofrezcan exámenes de Papanicolaou gratis a mujeres indocumentadas. El Proyecto Promotoras de Salud, patrocinado por el Farm Workers Justice Fund y por el Centro de Salud Familiar la Fe, capacita a mujeres campesinas como promotoras de salud para proveer consejería y orientación sobre la prevención, la atención y otros servicios de VIH en sus comunidades.::15— Las promotoras sirven de enlace entre los servicios de salud y las campesinas; muchas veces las acompañan a las citas y sirven de intérpretes. También proporcionan condones y apoyan emocionalmente a las mujeres que los usan.
¿qué queda por hacer?
Los programas de prevención para inmigrantes mexicanos/as necesitan contextualizar el riesgo del VIH en la vida de los participantes de manera que identifiquen medidas de protección que les sean pertinentes y estrategias realistas para adoptarlas. Se deben considerar los retos de ser inmigrante mexicano/a radicado/a en EE.UU., de experimentar el racismo y la homofobia, y de las posibles barreras debidas a la pobreza y a la marginación social.::13— Estos factores pueden influir en las conductas sexuales y de consumo de drogas. Además de los programas de prevención en ciudades estadounidenses con grandes concentraciones de población mexicana (como Los Ángeles, CA y Chicago, IL), las ciudades fronterizas tales como Ciudad Juárez y Tijuana, México; El Paso, TX; y San Diego, CA son lugares clave para los servicios de prevención del VIH. Asimismo, se necesitan programas enfocados en zonas rurales que atraen a trabajadores migrantes mexicanos/as. El acceso a servicios de salud, vivienda y trabajo, entre otras necesidades básicas, podría disminuir el riesgo del VIH en poblaciones mexicanas de inmigrantes. También se necesitan materiales culturalmente adecuados de orientación y capacitación en español, así como programas educativos adaptados a las necesidades de subgrupos específicos de inmigrantes. Se debe mejorar la vigilancia epidemiológica para entender la dimensión del VIH entre inmigrantes documentados e indocumentados. Debido a que muchos inmigrantes mexicanos viajan continuamente entre EE.UU. y México, se requiere una estrecha cooperación binacional al abordar estos temas. Fomentar la participación de inmigrantes mexicanos/as en el proceso de Planificación Comunitaria para la Prevención del VIH de EE.UU. es crucial para seguir identificando intervenciones de prevención efectivas y para incrementar los fondos y la disponibilidad de servicios para esta población.::16—
¿quién lo dice? 1. Hogdagneu-Sotelo P. Gendered transitions: Mexican experiences of immigration. University of California Press: Berkeley, CA, 1994. 2. Cantú, L. Border crossings: Mexican men and the sexuality of migration. Doctoral Dissertation. University of California, Irvine, 1999. 3. Lowell BL, Suro R. How many undocumented: the numbers behind the US-Mexico migration talks. Report by the Pew Hispanic Center. March 2002 4. Rangel G, Lozada R. Factores de riesgo de infección por VIH en migrantes mexicanos: el caso de los migrantes que llegan a la Casa del Migrante “Centro Escalabrini y Ejército de Salvación. El Colegio de la Frontera Norte, ISESALUD/COMUSIDA. 5. Magis-Rodríguez C et al. La situación del SIDA en México a finales de 1998. Enfermedades Infecciosas y Microbiológicas. 1998; 18, 6: 236-244. 6. CDC. HIV AIDS Surveillance Report. 2001. Volume 12, No.2 https://www.cdc.gov/hiv/library/reports/hiv-surveillance.html 7.Ruiz JD. HIV prevalence, risk behaviors and access to case among young Latino MSM in San Diego, California, and Tijuana, Mexico. Presented at the Binational Conference on HIV/AIDS. Oakland, CA, 2002. 8. Bronfman N, Moreno L. Perspectives on HIV/AIDS prevention among immigrants on the US-Mexico border. In: Mishra S, Conner R, Magaña R (eds) AIDS crossing borders: The spread of HIV among migrant Latinos. Westview Press: Boulder, CO, 1996. 49-76. 9. Organista KC, Organista PB. Migrant laborers and AIDS in the United States: A review of the literature. AIDS Education and Prevention. 1997; 9:83-93. 10. Hirsch JS, Higgins J, Bentley ME, et al. The social constructions of sexuality: marital infidelity and sexually transmitted disease-HIV risk in a Mexican migrant community. American Journal of Public Health. 2002; 92:1227-1237 11. Flaskerud JH, et al. Sexual practices, attitudes, and knowledge related to HIV transmission in low income Los Angeles Hispanic women. The Journal of Sex Research. 1996: 33:343-353. 12. Marín BV, Flores E. Acculturation, sexual behavior, and alcohol use among Latinas. International Journal of the Addictions. 1994; 29:1101-1114 13. Díaz RM. Latino gay men and HIV. New York and London: Routledge. 1998. prevention.ucsf.edu/uploads/projects/hlsindex.html 14. Moore EF. Sub-culturally competent HIV prevention case management on the Mexican-American border. Presented at the National AIDS Prevention Conference, Atlanta, GA. 1999. Abs#659. 15. Hernández A. Promovision/ USMBHA: Proyecto para fortaleces la capacidad de la comunidad en la prevención del VIH/SIDA. Presented at the United States-Mexico Border Health Association (USMBHA) Conference, Las Cruces, New Mexico. 2001. https://www.hhs.gov/about/agencies/oga/about-oga/what-we-do/international-relations-division/americas/border-health-commission/index.html/ 16. US-Mexico Border Health Association. The State of Latinos in HIV Prevention Community Planning. 2002.
Preparado por Héctor Carrillo, DrPH y Pamela DeCarlo, CAPS Traducción Rocky Schnaath Abril 2003. Hoja Informativa 48S
Adaptación de programas
Se pueden adaptar los programas de prevención del VIH?
¿para qué adaptarlos? Sabemos que muchas intervenciones de prevención del VIH han logrado hacer la diferencia y que los esfuerzos de prevención han ayudado a reducir las tasas de infección con VIH en diferentes poblaciones.1 Así como la epidemia del VIH cambia, igual ocurre con las cantidades y los grupos poblacionales afectados por el este virus. Adaptar intervenciones nos permite usar los principios que han comprobado ser eficaces y luego ser aplicadarlos a aquellos grupos que recién entran a formar parte del riesgo y que por lo tanto no han sido analizados. Crear intervenciones consume tiempo y dinero, por esta razón adaptar programas que han demostrado su eficacia es lo más sensato.2 Usando las herramientas y teorías de otros programas exitosos puede ahorrarnos tiempo y dinero. En una época en la que los fondos de prevención escasean, adaptar intervenciones puede ser lo más apropiado para el bolsillo. ¿acaso son iguales los diferentes grupos poblacionales? Sí y no. A pesar de que cada comunidad o población es única, existen muchas semejanzas entre ellas, incluyendo el entorno social, político y emocional. Si bien es cierto que los usuarios de drogas intravenosas de Chicago, IL y los jóvenes gay de Eugene, OR tienen diferentes necesidades, ambos pueden beneficiarse de ciertos aspectos que ofrecen los programas de intervención. Por ejemplo, ambas poblaciones pueden usar personas del mismo grupo para transmitir mensajes y cambiar normas de grupo.3,4 La prevención del VIH va más allá de la enseñanza del sexo seguro y del uso responsable de las drogas. Los programas de prevención necesitan tomar en cuenta el contexto de la vida de la persona que practica el sexo seguro y la relación de esta persona con respecto a la epidemia. Los programas de prevención pueden ser adaptados de acuerdo a las circunstancias que se presentan, no necesariamente reinventarlo totalmente. ¿cómo se logra esta adaptación? Para adaptar un programa, es esencial conocer bien a la comunidad a intervenir.5 Las organizaciones que ofrecen servicios a nivel comunal son quienes mejor conocen a su población, a través del reclutamiento o del estudio de sus necesidades. Antes de adaptar un programa de intervención es necesario entender muy bien las características del programa original, a su audiencia habrá también que identificar las diferencias y semejanzas con relación al ambiente al que será adaptado. La teoría nos brinda las bases para ejercer el cambio conductual, esta a su vez puede ser muy útil para darse cuenta si la intervención es apropiada para el grupo que será intervenido. Por ejemplo, la teoría Social Cognitiva nos conduce al aprendizaje por medio de la interacción con otras personas, utilizando el entorno social y físico para producir el cambio.6 Las dramatizaciones, la creación de la conciencia a nivel comunitario, los juegos interactivos, la enseñanza de un oficio, todos estos elementos pueden formar parte de un programa basado en esta teoría. La educación impartida por personas del mismo grupo al que se va a tratar puede ser un elemento exitoso y sirve de gran motivación, especialmente entre las personas en desventaja. Estos programas reclutan a aquellas personas que están a riesgo y se les entrena para que puedan educar y salvar las vidas de aquellos que corren el mismo riesgo.7 Esto pone en evidencia que hay miembros dentro de la comunidad que pueden actuar como agentes que tienen la capacidad de lograr el cambio. Otro elemento exitoso consiste en utilizar principios de familia, el orgullo por la raza y despertar el sentido de comunidad.8 Por ejemplo, se obtiene mayor participación de los padres de familia al ofrecer clases de comunicación entre padres e hijos que si se ofrecieran clases específicas sobre el VIH. Hacer un llamado a la comunidad para que proteja a la familia, a los hijos, esposos y esposas y a que se apoyen entre sí, puede ser más estimulante que hacer un llamado para protegerse a sí mismo. ¿algunos ejemplos? El proyecto “STOP AIDS” de San Francisco, CA ha servido de modelo en la prevención del VIH en toda la nación.9 El modelo, basado en la movilización de la comunidad, el reclutamiento y las pequeñas reuniones de grupo, ha sido adaptado y usado por hombres gay a lo largo del país. El modelo de “STOP AIDS” se ha usado en los Angeles, CA, West Palm Beach, FL, Phoenix, AZ y en Chicago, IL, entre otras. En San Francisco, los clientes han sido reclutados en la calle y en los bares, mientras que en Chicago el programa se ha hecho en las escuelas. Se ha descubierto que los programas de prevención funcionan mejor si ya existe un sentido de responsabilidad comunitario en la ciudad que se piensa intervenir. El “Healthy Oakland Teens” (HOT), un programa de educación sexual impartido por los estudiantes de una escuela en la ciudad de Oakland, CA, entrenó a jóvenes del noveno grado para impartir clases de sexualidad y de VIH/SIDA a los estudiantes del séptimo grado. Un año más tarde, los participantes del programa estuvieron menos propensos a iniciar actividades tales como los besos apasionados, tocarse los genitales o iniciar relaciones sexuales.10 HOT fue adaptado para jóvenes Balineses ya que ha habido un incremento en la seroprevalencia debido al incremento del turismo y a la industria del sexo en Balí, Indonesia. En Balí, los investigadores descubrieron que entre los grupos de jóvenes tradicionales, sólo el 14% de los activos sexualmente habían usado condones. A pesar de que la mayoría aún vivía con sus padres, solo el 33% reportó sentir confianza al hablar sobre la sexualidad con sus padres, mientras que el 75% sentía más confianza hablando de sexo con sus amigos. El modelo inicialmente usado por HOT pareció ser el más apropiado para lograr la adaptación, solo que esta vez las bases no iban a ser en las escuelas, sino que se adiestró a grupos tradicionales, que llevaran el mensaje a todo jóven Balinés sin importar el nivel educacional o socio-económico.11 Otro de los programas que resultó exitoso, reclutó a líderes del gusto popular que asistía a los bares, a estos se les adiestró para diseminar mensajes de prevención a este grupo.12 Este programa se adaptó a un grupo de mujeres de minoría racial residentes en viviendas gubernamentales. Sin embargo, el programa no funcionó en este ambiente. ¿El motivo? Las mujeres no se conocían entre sí, y por a las altas tasas de crimen registradas en este tipo de viviendas, no existía la confianza de para abrir las puertas a desconocidos. Este programa volvió a intentarse, esta vez comenzando ayudando a las mujeres a crear conciencia comunitaria, organizando festivales, música y cenas a la que cada una traía un platillo. El resultado fue el incremento del uso del condón y una mayor comunicación. Entre otras cosas se logró tratar temas que afectaban a la comunidad en estos complejos de vivienda tales como las drogas y la violencia.12 ¿qué se puede hacer? Las organizaciones que ofrecen servicios deben invertir tiempo y dinero en la capacitación del personal sobre cómo aprovechar los programas de prevención al máximo, esto incluye: el uso de la teoría, el estudio de las necesidades de la población a la que se piensa intervenir tanto como cultivar la relación entre ivestigadores y organizaciones para estar enterados sobre el tipo de programas que han demostrado su eficacia. Los grupos de planificación comunitaria (CPGs) pudieran crear y mantener una relación estable entre los investigadores, las organizaciones a nivel comunitario y el Departamento de Salud. Los coordinadores de programas de los CPGs, además, deberían poner en contacto a los CPGs con los investigadores locales, ambos a su vez pueden ayudar a los planificadores de prevención a nivel comunitario a determinar cuáles son las adaptaciones más apropiadas. Los investigadores necesitan pasar de los estudios con eficacia en menor escala a los de mayor escala. Muchas intervenciones son eficaces en un área de mucho control (los clientes son remunerados, el personal bien pagado y con un nivel alto de educación). Estas intervenciones deben ser puestas a prueba en el “mundo real”, solo así se sabrá cuáles son las modificaciones que habrán de hacerse para poder asegurar la efectividad bajo circunstancias diferentes. Los administradores de estos fondos deberán comprometerse a designar dinero para la adaptación de programas y para llevar a cabo programas piloto a nivel comunitario. Un programa de prevención completo, utiliza muchos elementos para proteger del VIH a la mayor cantidad de gente posible. Adaptar los programas de intervención existentes puede ahorrar dinero además de ser una estrategia eficaz en la prevención.
¿quién lo dice?
- Office of Technology Assessment. The Effectiveness of AIDS Prevention Efforts. 1995.
- Holtgrave DR, Qualls NL, Curran JW, et al. An overview of the effectiveness and efficiency of HIV prevention programs . Public Health Reports. 1995;110:134-146.
- Weibel W, Jimenez A, Johnson W, et al. Positive effect on HIV seroconversion of street outreach intervention with IDUs in Chicago. Presented at the 9th International Conference on AIDS. Berlin, Germany, 1993. Abstract WSC152.
- Hays RB, Rebchook, GM, Kegeles SM. The Mpowerment project: a community-level HIV prevention intervention for young gay and bisexual men . American Journal of Public Health. 1996;86:1-8.
- Contact: Susan Kegeles 415/597-9159.
- Herek GM, Greene B, eds. AIDS, identity, and community : the HIV epidemic and lesbians and gay men . Thousand Oaks, CA: Sage Publications; 1995.
- Bandura A. Social cognitive theory and exercise of control over HIV infection. In DiClemente RJ, ed. Preventing AIDS: Theories and Methods of Behavioral interventions . New York, NY: Plenum Press; 1994.
- Grinstead OA, Zack B, Faigeles B. Effectiveness of peer HIV education for prisoners. Presented at the Biopsychosocial Conference on AIDS; Brighton, England. 1994.
- Contact: Barry Zack, Marin AIDS Project 415/457-2487.
- Díaz RM. HIV risk in Latino gay/bisexual men: a review of behavioral research. Report prepared for the National Latino/a Lesbian and Gay Organization. 1995.
- Contact: Jose Ramón Fernández-Peña, Mission Neighborhood Health Center, 415/552-1013 X386.
- Wohlfeiler D. Community Organizing and Community Building Among Gay and Bisexual Men. In Minkler M, ed. Community Organizing and Community Building for Health . Rutgers University Press. (in press).
- Contact: Dan Wohlfeiler 415/575-1545.
10. Ekstrand ML, Siegel D, Nido V, et al. Peer-led AIDS prevention delays initiation of sexual behaviors among US junior high school students. Presented at 11th International Conference on AIDS, Vancouver, BC. 1996.
- Contact: Maria Ekstrand 415/597-9160.
11. Merati T, Wardhana M, Ekstrand M, et al. HIV risk taking among youth participating in peer-led AIDS education programs in traditional Balinese youth groups. Presented at the 11th International Conference on AIDS; Vancouver BC. 1996. Th.C.4411. 12. Kelly JA, St. Lawrence JS, Stevenson LY, et al. Community AIDS/HIV risk reduction: the effects of endorsements by popular people in three cities . American Journal of Public Health. 1992;82.1483-1489.
- Contact: Jeff Kelly 414/287-4680.
13. Sikkema KJ, Kelly J, Heckman T, et al. Effects of community-level behavior change intervention for women in low-income housing developments. Presented at the 11th International Conference on AIDS; Vancouver BC. 1996. Tu.C.453. Contact: Kathy Sikkema 414/287-6100.
Preparado por Pamela DeCarlo y Jeff Kelly, Traducción Romy Benard-Rodríquez Mayo 1997. Hoja Informativa 23S.
International
What works best in HIV prevention globally?
what does HIV look like internationally?
With 39 million people living with HIV worldwide, the HIV/AIDS epidemic threatens every aspect of global economic development.1,2 In 2005, over 4 million people were newly infected with HIV, and almost 3 million died of an AIDS-related illness. HIV/AIDS is among the top 10 causes of death in developing countries, and the leading cause of death in Sub-Saharan Africa. Although Sub-Saharan Africa is the hardest-hit region, HIV is spreading into parts of Asia and Eastern Europe with alarming speed. HIV is transmitted primarily through three mechanisms: sexual intercourse (about 80% of infections worldwide);3 exposure to infected blood or blood products,including injecting drug use; and transmission by HIV+ mothers to their newborns. The international community recognizes the urgency of stopping the AIDS epidemic, yet funding, political will, accountability and human resources have fallen short of needs. Although known interventions could prevent nearly two-thirds of new infections projected to occur between 2002 and 2010, fewer than one in five people at high risk of infection have access to the most basic prevention services.4
how is prevention tailored?
Prevention studies and national experiences over the past 20 years strongly suggest that strategies are likely to be most effective when they are carefully tailored to the nature and stage of the epidemic in a specific country or community. Despite a limited amount of rigorous evaluation on prevention programs, evidence demonstrates that tailoring prevention strategies to a region’s epidemic profile is most effective and cost-effective.5
- Low-level epidemics occur in regions where the HIV prevalence in the general population is low (less than 1%) and the highest prevalence in a key population is also low (less than 5%). Key populations include sex workers, men who have sex with men (MSM) and injecting drug users (IDUs).
- Concentrated epidemics occur in regions where the HIV prevalence in the general population is less than 1% and the highest prevalence in a key population is more than 5%.
- Generalized low-level epidemics occur in regions where the HIV prevalence in the general population is 1%-10% and the highest prevalence in a key population is 5% or over.
- Generalized high-level epidemics occur in regions where the HIV prevalence in the general population is 10% or over and the highest prevalence in a key population is 5% or over.
The following activities are relevant across all epidemic profiles:
- surveillance of risk behaviors, sexually transmitted infections (STIs) and HIV
- school-based sex education
- peer-based programs
- information, education, and communication (IEC)
- STI screening and treatment
- voluntary counseling and testing (VCT)
- harm reduction for IDUs
- condom promotion, distribution and social marketing
- blood safety practices
- prevention of mother-to-child transmission (MTCT) and universal precautions
low-level epidemic
Providing widespread VCT, screening for STIs and postexposure prophylaxis may not be cost-effective in a low-level epidemic. In this setting, such as in the Middle East and North Africa, HIV/AIDS control strategies should emphasize:
- individual-level interventions that target key populations
- limited education through the mass media
- prevention programs for HIV+ persons
- VCT that is available to key populations with the highest levels of risk behavior and infection rates
- MTCT prevention to known HIV+ mothers
- addressing market inefficiencies in condom procurement and distribution—including strategies such as bulk purchases and incentives
- responding to community attitudes toward sexual activity, as they may dictate people’s response to sex education materials.
concentrated epidemic
In a concentrated epidemic, as in East Asia and the Pacific, Europe and Central Asia, Latin America and the Caribbean, and South Asia, prevention priorities should include:
- promotion of VCT among key populations
- HIV screening of pregnant women, guided by individuals’ risk profiles
- peer-based programs for key populations to educate individuals at risk, promote safer behaviors and distribute condoms
- needle exchange and drug substitution programs for IDUs
- STI screening and treatment for key risk groups
- targeted distribution and promotion of condoms to key populations, linked to VCT and STI care.
Contextual factors—such as government acceptance of needle exchange programs, incarceration of drug users and harassment of sex workers—will likely have a major impact on the effectiveness of prevention efforts. HIV/AIDS is typically concentrated in socially or economically marginalized populations in concentrated epidemics, so attention to socioeconomic factors and to stigmatization of key populations will be vital.
generalized low-level epidemic
Here, as in some countries in Sub-Saharan Africa (Tanzania), targeted interventions must be maintained or strengthened. Interventions for broader populations must be aggressively implemented. Prevention priorities should include:
- maintaining surveillance in the entire population, with a focus on young people
- extending mass media IEC beyond basic education
- providing routine VCT and STI screening and treatment beyond key populations
- strengthened condom distribution to ensure universal access
- offering HIV screening to all pregnant women
- broadening peer approaches and targeted IEC to include all populations with higher rates of STIs and risk behavior.
Contextual factors remain critical, but population level factors now have greater priority. The most important is likely to be the status of women, especially with regard to their ability to control their sexual interactions, to negotiate VCT, to be protected from abuse and to have property rights following the death of a spouse.
generalized high-level epidemic
In a generalized high-level epidemic, such as in some countries in Sub-Saharan Africa (Botswana and Zimbabwe), an attack on all fronts is required. Prevention efforts should focus on broadly based, population-level interventions that can mobilize an entire society. Prevention should include:
- offering routine, universal VCT and STI screening and universal treatment
- distributing condoms free in all possible venues
- providing VCT for couples seeking to have children
- counseling pregnant women and new mothers to make informed choices for breastfeeding
- implementing individual-level approaches to innovative mass strategies with accompanying evaluations of effectiveness
- using the mass media as a tool for mobilizing society and changing social norms
- using venues to reach large numbers of people for a range of interventions—workplaces, transit venues, political rallies, schools, universities and military camps
In a generalized high-level epidemic, contextual factors—such as poverty and the fragility of the health care infrastructure—will dramatically affect service provision at every level. The status of women becomes an overriding concern in this setting, requiring priority action to radically alter gender norms and reduce the economic, social, legal and physical vulnerability of girls and women.
what needs to be done?
The magnitude and seriousness of the global pandemic calls for action. The appropriate mix and distribution of prevention and treatment interventions depends on the stage of the epidemic in a given country and the context in which it occurs. In the absence of firm data to guide program objectives, national strategies may not accurately reflect the priorities dictated by the particular epidemic profile, resulting in highly inefficient investments in HIV/AIDS prevention and care. This waste undoubtedly exacerbates funding shortfalls and results in unnecessary HIV infections and premature deaths.
Says who?
1. The information in this fact sheet is taken directly from the following chapter: Bertozzi S, Padian NS, Wegbreit J, et al. HIV/AIDS Prevention and Treatment. In: Disease Control Priorities in Developing Countries. April 2006. 2. UNAIDS (Joint United Nations Programme on HIV/AIDS). 2006 Report on the global AIDS epidemic. 3. Askew I, Berer M. The contribution of sexual and reproductive health services to the fight against HIV/AIDS: A review. Reproductive Health Matters. 2003;11:51–73. 4. Stover J, Bertozzi S, Gutierrez JP, et al. The global impact of scaling-up HIV/AIDS prevention programs in low- and middle-income countries. Science. 2006;311:1474-1476. 5. Wegbreit J, Bertozzi S, Demaria LM, et al. Effectiveness of HIV prevention strategies in resource-poor countries: tailoring the intervention to the context. AIDS. 2006;20:1217-1235.
Prepared by Nancy Padian PhD, Womens Global Health Imperative, UCSF; Stefano Bertozzi, PhD; Instituto Nacional de Salud Publica, Mexico January 2007. Fact Sheet #62E Special thanks to the following reviewers of this fact sheet: James Curran, Michael Merson, John Stover, Kwaku Yeboah. Reproduction of this text is encouraged; however, copies may not be sold, and the University of California San Francisco should be cited as the source. Fact Sheets are also available in Spanish.
Prueba rápida a la frontera
¿Cuál es el papel de las pruebas rápidas para la frontera EE.UU.- México y las poblaciones migrantes?
¿por qué hacer pruebas del VIH?
Hasta hace poco, las tasas de infección por VIH en México y entre los migrantes mexicanos en California parecían estables y relativamente bajas. Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que el VIH podría estarse extendiendo más agresivamente en algunas poblaciones, especialmente en las comunidades fronterizas.1 Un estudio entre 374 hombres latinos jóvenes que tienen sexo con hombres (HSH) de San Diego-Tijuana encontró tasas elevadas de VIH: 19% en Tijuana y 35% en San Diego.2 Otro estudio en Tijuana con 1,068 mujeres embarazadas en trabajo de parto encontró una tasa de infección del 1.12%.3 Sin embargo, otro estudio efectuado entre 1,041 migrantes mexicanos en puntos de cruce fronterizo en Tijuana encontró tasas de infección por VIH de 0%.4 Las pruebas del VIH son clave para prevenir el VIH. Las personas VIH+ pueden recibir consejería, servicios de educación preventiva y apoyo, y atención médica para mantenerse saludables e impedir el desarrollo del SIDA. Las personas VIH- pueden tener acceso a consejería y educación para permanecer seronegativos. El 31% de las personas VIH+ en EE.UU. ignoran que están infectadas.5 Las poblaciones fronterizas y migrantes pueden enfrentar un mayor riesgo de infección por VIH, pero tienen menor probabilidad de hacerse una prueba o regresar por sus resultados. Muchos no tienen acceso o tienen miedo de acceder los sistemas tradicionales de salud, no cuentan con medios de transporte y cambian de domicilio frecuentemente.6
¿por qué se recomienda la prueba rápida?
Aun cuando las personas pueden hacerse la prueba del VIH, muchos nunca regresan por sus resultados. En los lugares de pruebas que operan con fondos públicos, hasta el 33% de las personas que resultan VIH+ y un 25% de las que resultan VIH- nunca recogen sus resultados.7 Esto podría ser especialmente cierto para las poblaciones fronterizas y migrantes pues no cuentan con vivienda estable ni permiso legal para permanecer en EE.UU. La prueba rápida del VIH es una forma novedosa que confronta esta problemática. Las pruebas convencionales del VIH se realizan con extracciones de sangre con jeringa o tomas de muestras bucales que se envían al laboratorio para su análisis. Las personas deben regresar de 1 a 2 semanas después por sus resultados. Con la prueba rápida se puede tomar la prueba, recibir consejería y obtener resultados en una sola visita. Esto puede ayudar a aumentar la cantidad de personas que se hacen la prueba y disminuir la cantidad de quienes no regresan por sus resultados.8 Las pruebas rápidas se pueden hacer en la mayoría de las clínicas y en lugares alternativos de atención y promoción para la salud como furgonetas [vans], bares, parques y ferias de la salud. Un estudio entre trabajadores agrícolas temporaleros encontró que era más probable que los hombres y las mujeres aceptaran hacerse gratuitamente la prueba del VIH si se utilizaba un piquete de alfiler en el dedo y podían obtener sus resultados en 30 minutos.9 Muchas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales se están inclinando por el uso de la prueba rápida en lugar de la prueba convencional. El Plan Estratégico de los CDC para el 2005 pretende incrementar al 95% la cantidad de personas que conocen su condición respecto al VIH, y el uso de la prueba rápida es una parte integral del plan.5 En California, la meta es que el 80% de los sitios financiados por el estado utilicen la prueba rápida para fines del 2006.10
¿cómo se efectúa la prueba?
La prueba rápida puede hacer uso de un piquete de alfiler en el dedo, de la extracción de sangre con jeringa o de una almohadilla para obtener la muestra bucal. El técnico a cargo de la prueba coloca la muestra en un tubo de ensayo con sustancias químicas para procesarla. Los resultados se obtienen en 20 minutos o menos. La consejería y la planeación para la reducción del riesgo con el paciente puede hacerse antes o después de obtener la muestra o durante el tiempo de espera. En la actualidad, cuatro pruebas rápidas han sido autorizadas por la FDA en EE.UU.: Reveal, OraQuick, Multispot y Uni-Gold.11 Todas son extremadamente precisas, con tasas de sensibilidad de entre 99.6 y 100%.12 OraQuick Advance utiliza una muestra bucal y puede efectuarse en una gama más amplia de situaciones y temperaturas. En 20 minutos, la mayoría de las pruebas rápidas proporcionan ya sea resultados negativos (no hay reacción) o bien resultados positivos preliminares (sí hay reacción). Si el resultado preliminar es positivo, se toma una segunda muestra convencional para confirmarlo. La confirmación final sigue requiriendo de 1-2 semanas. Datos a nivel nacional indican que con la prueba rápida, el 95% de los pacientes con un resultado positivo preliminar regresaron por sus resultados confirmatorios.13
¿la prueba rápida significa consejería rápida?
No. Un estudio no encontró diferencia en las tasas de enfermedades transmitidas sexualmente (ETS) al comparar la consejería de las pruebas rápidas y con la de las pruebas convencionales.14 La prueba rápida permite suficiente tiempo para la consejería. Un consejero tiene alrededor de 20 minutos mientras se toma la muestra y se obtiene el resultado para ofrecer una consejería enfocada y específica a los riesgos del paciente y su posible exposición al VIH. La consejería de la prueba rápida puede ser más intensa pues los resultados se obtienen de inmediato.15 Las personas que reciben un resultado positivo preliminar deben regresar por sus resultados confirmatorios. Estas podrían estar más preparadas para lidiar con su diagnóstico pues han tenido tiempo para pensar sobre su resultado positivo y quizá sean más receptivas a las recomendaciones y alternativas que se les ofrezcan. Los consejeros necesitarán conocer a fondo las referencias a los recursos disponibles que estas sesiones más enfocadas puedan requerir. Dichas referencias deben ser específicas a las poblaciones fronterizas y migrantes, incluyendo las necesidades básicas como atención médica, vivienda, consejería jurídica y empleo. Se debe disponer de materiales impresos en español y los consejeros tener conocimiento y capacitación culturalmente relevante a la problemática de la migración e inmigración. Ya que muchas personas viajan entre EE.UU. y México, las referencias deben considerar recursos en ambos países. Al principio, los consejeros tienden a inquietarse un poco por los nuevos procedimientos de la prueba y la consejería, pero después de haber recibido capacitación y ofrecido una serie de sesiones de consejería, se sienten más cómodos y reportan haber querido realizar esta prueba con anterioridad.16
¿qué se está haciendo?
La prueba rápida es algo relativamente nuevo en las zonas fronterizas. Una encuesta realizada en el 2003 entre 85 centros fronterizos de salud (centros de salud comunitarios y para migrantes, organizaciones de tribus indígenas y programas para personas desamparadas, entre otros) encontró que 64 centros (o sea, el 75%) realizaban la prueba del VIH. De estos, 45 también ofrecían medicamentos para el VIH y servicios de consejería. Ningún sitio en ningún estado fronterizo ofrecía la prueba rápida del VIH.17 En la actualidad, el condado de San Diego ofrece la prueba rápida, educación para la prevención y servicios de enlace con atención médica en varios lugares, como iglesias, albergues, parques y playas, a lo largo de la frontera entre México y California. Desde que comenzó a ofrecerse la prueba rápida en todos los sitios donde se hacía la prueba en forma anónima, la tasa de retorno de los pacientes aumentó del 72% al 93%.18 La FE CARE Center en El Paso, Texas, ofrece la prueba rápida en su clínica y a través de una camioneta que visita bares y centro nocturnos para gente gay y librerías para adultos en la zona centro. El vehículo tiene dos consejeros y utiliza la prueba rápida oral “OraQuick Advanced” para detectar el VIH. En clínica utilizan la prueba OraQuick de piquete en el dedo. Las personas prefieren obtener sus resultados rápidamente sin que se les extraiga sangre con una jeringa. Desde que se comenzó a ofrecer la prueba rápida, la cantidad de personas que se hacen la prueba en La Fe ha aumentado de 500 en 2002 a más de 2,000 en la actualidad.19
¿cuál es el futuro de la prueba rápida?
El futuro es ahora. Fuera de los EE.UU., la prueba rápida se utiliza ampliamente y las pruebas confirmatorias también se hacen con una prueba rápida, eliminado el periodo de espera para quienes que resultan VIH+. Los fabricantes se han demorado en solicitar la autorización para dichas pruebas en EE.UU. ya que la FDA tiene políticas muy estrictas. La prueba rápida ha sido recibida con gran entusiasmo en algunas áreas y con bastante aprehensión en otras. Conforme los gobiernos federales y estatales aumentan sus requisitos para la aplicación de esta prueba, los recursos para la capacitación, la asistencia técnica y el financiamiento para las organizaciones necesitan incrementarse para poder incentivar su uso. No basta con simplemente ofrecer la prueba rápida para el VIH a los inmigrantes mexicanos y de otras procedencias. La prueba rápida puede facilitar un mejor monitoreo epidemiológico del VIH en las poblaciones migrantes y fronterizas, ofreciendo una perspectiva más clara de la magnitud de esta infección. Las personas con resultados VIH+ necesitarán atención médica y tratamientos de alta calidad; y las personas en riesgo de contraer el VIH necesitarán acudir a programas de educación y prevención que sean culturalmente específicos. Ya que muchas personas viajan entre EE.UU. y México, la cooperación binacional indispensable para abordar esta problemática y mejorar la salud pública en ambos países.
¿quién lo dice?
1. Sanchez MA, Lemp GF, Magis-Rodriguez C, et al. The epidemiology of HIV among Mexican migrants and recent immigrants in California and Mexico. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes. 2004;37:S204-S214. 2. Ruiz, JD. HIV prevalence, risk behaviors and access to care among young Latino MSM in San Diego, California and Tijuana, Mexico. Presented at the Binational Conference on HIV AIDS. Oakland, CA. 2002. 3. Viani RM, Araneta MR, Ruiz-Calderon J, et al. HIV-1 infection in a cohort of pregnant women in Baja California, Mexico: evidence of an emerging crisis? Presented at the International Conference on AIDS, Bangkok, Thailand. 2004. Abst #ThPeC7301. 4. Martinez-Donate AP, Rangell MG, Hovell MF et al. HIV infection in mobile populations: the case of Mexican migrants to the US. Revista Panamaña de Salud Publica. 2005;17:26-29. 5. Centers for Disease Control and Prevention. HIV Prevention Strategic Plan Through 2005. https://www.cdc.gov/nchhstp/strategicpriorities/default.htm 6. Solorio MR, Currier J, Cunningham W. HIV health care services for Mexican migrants. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes. 2004;37:S240-S251. 7. Kendrick SR, Kroc KA, Withum D et al. Outcomes of offering rapid point-of-care HIV testing in a sexually transmitted disease clinic. Journal of AIDS. 2005;38:142-146. 8. Sullivan PS, Lansky A, Drake A. Failure to return for HIV test results among persons at high risk for HIV infection: results from a multistate interview project. Journal of AIDS. 2004;35:511-518. 9. Fernandez MI, Collazo JB, Bowen GS et al. Predictors of HIV testing and intention to test among Hispanic farmworkers in South Florida. Journal of Rural Health. 2005;2:56-64. 10. Dowling T. Outreach and prevention rapid HIV testing in non-clinical settings. Presented at the Rapid Testing Conference, California 2004. 11. Reveal: www.reveal-hiv.com/ OraQuick, Uni-Gold:ww.trinitybiotech.com/EN/index.asp Multispot: www.bio-rad.com 12. Branson BM. Point-of-care rapid tests for HIV antibodies. Journal of Laboratory Medicine. 2003;27:288-295. 13. Kassler WJ, Dillon BA, Haley C, et al. On-site, rapid HIV testing with same-day results and counseling. AIDS. 1997;11:1045-1051. 14. Metcalf CA, Douglas JM, Malotte CK et al. Relative efficacy of prevention counseling with rapid and standard HIV testing: a randomized, controlled trial (RESPECT-2). Sexually Transmitted Diseases. 2005;32:130-138. 15. Rapid HIV antibody testing. HIV Counselor Perspectives. 2003;12:1-8. 16. Birkhead GS, San Antonio-Gaddy ML, Richardson-Moore AL, et al. Effect of training and field experience on staff confidence and skills for rapid HIV testing in New York state. Presented at the International Conference on AIDS, Bangkok, Thailand. 2004. Abst #MoPeE4103. 17. Donohoe TJ, Ribo A. Border “330″ clinics: a preliminary report on survey data and an inventory & summary of HIV border services. Needs Assessment Report of Pacific AIDS Education and Training Center and Texas/ Oklahoma AIDS Education and Training Center. July 2003. 18. HIV, STD and Hepatitis Branch, San Diego County, CA. (619) 296-2120 19. La Fe CARE Center, El Paso, TX. (915) 534-7979 20. Rapid testing for HIV: an issue brief. NASTAD HIV Prevention Update. September 2000.
Preparado por Tom Donohoe* y Jay Fournier *UCLA/Pacific AIDS Education and Training Center. Traducción David Sweet-Cordero Mayo 2005. Hoja Informativa #S58S
Padres e hijos
¿Cómo hablan padres e hijos sobre el VIH?
¿por qué es importante la comunicación?
La actividad sexual empieza a temprana edad para muchos jóvenes. De cada 10 estudiantes del noveno grado casi cuatro (37%) han tenido relaciones sexuales, y de cada 10 estudiantes, casi 7 (66%) han tenido relaciones sexuales al llegar al doceavo grado.1 Cada año tres millones de jóvenes, es decir, casi un cuarto de los jóvenes que han experimentado con el sexo, van a padecer de alguna Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS). Clamidia es la enfermedad más común entre la juventud que entre adultos. Los jóvenes tienen índices más altos de gonorrea que los adultos de 20-44 años de edad.2 El VIH se convierte cada vez más en la epidemia de la juventud. Un cuarto de todas las nuevas infecciones en los EEUU ocurre entre personas menores de 22 años y la mitad de todas las nuevas infecciones ocurren entre personas menores de 25 años.3
“Quiero que mi hija esté preparada [para la pubertad y el sexo]. A mi me tomó por sorpresa.” -Padre de familia
A pesar de estas escalofriantes estadísticas, muchos padres no saben o no quieren aceptar que sus hijos pueden estar experimentando con el sexo. Un estudio a madres con hijos adolescentes reveló que el 70% de las mamás creían que sus hijos varones eran vírgenes (todavía no habían tenido relaciones sexuales) cuando sólo el 44% de ellos lo eran. Con respecto a las hijas, el 82% de las madres creyó que todavía eran vírgenes cuando en realidad sólo el 70% lo eran.4
¿están hablando los padres con sus hijos?
Desafortunadamente, no lo suficiente. Una encuesta a padres de familia con hijos pre- adolescentes de un vecindario con alta seroprevalencia encontró que los padres de familia tienen la impresión de hablar mucho sobre el VIH. Los hijos, por el contrario, dicen haber tenido menos de un cuarto de las pláticas que los padres dijeron tener.5 A menudo, los padres creen estar hablando con sus hijos sobre el SIDA, cuando probablemente están hablando del aspecto médico y no necesariamente sobre la sexualidad o el sexo seguro. Una encuesta a nivel nacional reveló que las madres con hijos mayores de 11 años dijeron no estar satisfechas al tratar temas tales: como explicar cuando un(a) jóven está listo para llevar una vida sexual activa, la prevención del VIH, la orientación sexual y el uso del condón.6
“Es muy triste, para mi, pensar que no puedo hablar con mi mamá acerca de esto-ella se lo pierde. Siempre existen otros lugares. Yo creo que esta es la parte más grave del problema, porque cuando uno va a otros lugares, algunas veces recibe la información equivocada.” -Un jóven
¿cuál es el papel de los padres?
Los padres pueden influir en las acciones de sus hijos. En cinco ciudades se llevó a cabo una iniciativa de mercadeo sobre prevención del VIH con jóvenes de alto riesgo. Estos reportaron que sus padres ejercieron una influencia sustancial sobre el comportamiento sexual en tres formas: comunicándose con ellos, dándoles el ejemplo, y supervisándolos directamente.7 Contrario a la opinión popular, los jóvenes sí quieren tener a sus padres como guía. A los jóvenes les gustaría hablar más a menudo con sus padres sobre temas relacionados con el VIH, sin embargo, esto puede resultar un poco difícil.8
“Yo quiero que mis hijos varones sepan respetar a los demás y que primero conozcan a fondo a la persona antes de tener relaciones sexuales.” -Padre de familia
Los hijos aprenden observando y escuchando a sus padres. La manera en que los padres de familia reaccionan ante las preguntas de sus hijos (al contestar, al no contestar, enojado) es la forma en que ellos aprenden a reaccionar ante las situaciones difíciles. Las pláticas sobre las relaciones sanas deben comenzar a temprana edad y evolucionar en la medida en que los hijos maduran. Hablar con los hijos desde pequeños, darles el nombre apropiado a las diferentes partes del cuerpo, enseñarles a como decir no, y tomar las precauciones de salud necesarias puede ser el trampolín de su futura educación sobre la sexualidad y la prevención del VIH.
¿cuáles son las barreras?
Hablar sobre el tema de la sexualidad con los hijos puede ser una experiencia a veces difícil para el adulto. Cuando muchos de los adultos de hoy eran niños, sus padres no les hablaron de sexo o de otros temas. Los padres de hoy supondrían hacer lo contrario con sus hijos, pero carecen de la experiencia para guiar a los hijos.
“Nosotros no hablábamos de estas cosas cuando estábamos creciendo, por eso casi no acostumbro hacerlo. Yo trato, y me da risa…los niños se sienten más cómodos con eso [hablando de sexo] que yo.” -Padre de familia
Muchos padres tienen el concepto equivocado de que hablar de sexo con sus hijos puede despertar la curiosidad ocasionando la experiencia sexual prematura o que darles información sobre el control de la natalidad o anticonceptivos es darles luz verde para empezar las relaciones sexuales. Algunos padres creen que el hecho de hablar sobre la homosexualidad podría influir en la orientación sexual del hijo(a). De hecho, la plática honesta entre padres e hijos puede contribuir al retraso de la actividad sexual, evitar las conductas de riesgo y promover la socialización sexual sana en la juventud.9
¿qué es lo que funciona?
En los Angeles, CA, un programa que trataba a padres recién emigrados a los EEUU descubrió que al lograr la participación de la iglesia, de los proveedores de salud, usando presentadores que entienden la cultura y que hablan el idioma de los padres, y teniendo las reuniones10 por las noches fue lo que ayudó a atraer a los padres a las reuniones. Muchas veces, se logra atraer a más padres cuando se ofrecen clases de cómo criar y communicarse con los hijos que cuando se ofrecen clases específicamente sobre VIH, especialmente en comunidades religiosas. La educación impartida entre padres de familia ha sido eficaz. El folleto “Hablando del SIDA con Nuestros Hijos” capacita voluntarios para dirigir talleres para padres y tutores en las diferentes comunidades. Los padres aprenden sobre el VIH, practican la comunicación y las formas en que se puede reducir el riesgo y tienen, además, que hacer tareas que los preparan a hablar del VIH con sus hijos.11
“Los padres necesitan informar y guíar más a sus hijos! Yo pienso que esta es una ayuda tremenda.” -Un joven
En Virginia, los padres educadores fueron entrenados con el fin de dirigir programas de información del VIH para padres de familia con hijos en la escuela primaria (1-6), media (7-9), y superior (10-12). Estos padres sirvieron, además, como fuente de información en su comunidad. Se ha logrado la participación de otros padres por las recomendaciones que corren de boca en boca. Los padres participantes reportaron que habría más posibilidades de hablar con sus hijos sobre el SIDA si tuvieran conocimiento del tema.12 El programa de entrenamiento “El Camino Rápido” sirve a las familias emigrantes. Este programa tiene educadores que enseñan a las familias a platicar sobre las relaciones sanas y a mejorar la comunicación con el fin de prevenir el VIH. El programa usa videos con dibujos animados en inglés y español. Estos dibujos tienen una especie de círculos vacíos para los pensamientos y las palabras. Los padres trabajan entre sí y con sus hijos para completar los espacios en blanco, ayudando así a estimular la plática.13
¿qué queda por hacer?
La comunicación entre el padre o la madre y sus hijos no ha estado incluída en los esfuerzos de prevención. Sin embargo, los programas que involucran a todos los miembros de la familia pueden ser muy eficaces. Los programas más exitosos deben incluir a jóvenes y a padres de familia en el diseño del programa y en la selección del personal. Un programa de prevención completo utiliza muchos elementos para proteger del VIH a la mayor cantidad de personas posible. Dados los hechos, tanto los miembros de la familia como los educadores de prevención deberían trabajar en conjunto para asegurar la salud y la seguridad de nuestro niños en el futuro.
¿quién lo dice?
1. Centers for Disease Control and Prevention. Youth risk behavior surveillance-United States 1995 . Morbidity and Mortality Weekly Report. 1996;45:64. 2. Eng TR, Butler WT, eds. The Hidden Epidemic: Confronting Sexually Transmitted Diseases . Washington, DC: National Academy Press; 1996. 3. Rosenberg PS, Biggar RJ, Goedert JJ. Declining age at HIV infection in the United States (letter). New England Journal of Medicine. 1994;330:789-790. Miller K. Data from the Family adolescent risk behavior and communication study. Personal communication, Centers for Disease Control and Prevention; 1997. Krauss BJ, Goldsamt L, Pierre-Louis M. How pre-adolescents and their parents talk about HIV in a high HIV seroprevalence neighborhood. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract ThD4878. Mothers’ Voices. Mothers speak out on preventing and curing AIDS. Survey conducted by EDK Associates. 1997. Kennedy MG, Bye L, Rosenbaum J, et al. Focus group theme that will shape participatory social marketing interventions in 5 cities. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract TuD2882. Heft L, Faigeles B, Hall TL. Where are the parents in HIV education? Adolescents want their parents to talk about HIV. Presented at the 11th International Conference on AIDS, Vancouver BC. 1997. Abstract ThC4431.
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- Contacto: Daphne Long Rankin (804) 828-2210.
Recursos para Padres e hijos: Advocates for Youth https://advocatesforyouth.org/ / American Red Cross AIDS Education Office 8111 Gate-house Road Falls Church, VA 22042 http://www.redcross.org Mothers’ Voices 165 West 46th Street, Suite 701 New York, NY 10036 (888) MVOICES http://www.mvoices.org National AIDS Clearinghouse PO Box 6003 Rockville, MD 20849-6003 (800) 458-5231 http://www.cdcnac.org Planned Parenthood (800) 230-7526 http://www.igc.apc.org/ ppfa/ Sexuality Information and Education Council of the US 130 West 42nd Street, Suite 350 New York, NY 10036 (212) 819-9770 http://www.siecus.org
Preparado por Lisa Heft*, Ann Kurth**, Pamela DeCarlo***, Tradución Romy Benard Rodríguez*** *San Francisco AIDS Foundation, **Mothers’ Voices, ***CAPS Deciembre 1997. Hoja Informativa 28S.